En la revista JAMA Pediatrics, el Dr. Robert Lustig, pediatra e investigador de obesidad infantil en la Universidad de California San Francisco, describe algunas maneras en la que los alimentos procesados difieren nutricionalmente de los alimentos no procesados. Es importante definir lo que el investigador define como un alimento procesado.
Para ser un alimento procesado debe cumplir con los siguientes siete criterios: el alimento es producido en masa, es consistente de lote a lote, es consistente de país a país, utiliza ingredientes especializados, consiste en macronutrientes pre-congelados, permanece emulsionado (lo que quiere decir que los componentes a base de grasa y los componentes a base de agua permanecen mezclados entre sí y nunca se separan), y tiene una larga vida en el estante o en el congelador. Ahora analicemos las diferencias nutricionales.
No tienen suficiente fibra. La fibra es importante para la salud, ya que desempeña un papel importante en la forma en que la que los alimentos se absorben en el intestino. En los intestinos, la fibra forma una barrera gelatinosa que recubre las paredes intestinales, disminuyendo la absorción de glucosa y fructosa en la sangre, lo que ayuda a evitar que los niveles de azúcar en la sangre aumenten. La lenta absorción de los alimentos, les da a las bacterias intestinales más tiempo para alimentarse. Cuando las bacterias intestinales descomponen los alimentos, los compuestos que producen pueden ser benéficos para el cuerpo.
No contienen suficientes ácidos grasos omega-3. El cuerpo convierte estos ácidos grasos, que se encuentran en los alimentos como el pescado y las nueces, en compuestos llamados ácido docosahexaenoico y ácido eicosapentaenoico, los cuales tienen propiedades antiinflamatorias. Por el contrario, contienen demasiados ácidos grasos omega-6. Este tipo de ácido graso se convierte en un compuesto proinflamatorio llamado ácido araquidónico. Los científicos recomiendan que la proporción de ácidos grasos omega-6 y omega-3 debe ser uno a uno. Sin embargo en la típica dieta actual, la relación de omega-6 a omega-3 es de 25 a uno, favoreciendo un estado proinflamatorio.
Los alimentos procesados no contienen suficientes micronutrientes, es decir vitaminas y minerales. Muchos de estos micronutrientes, como las vitaminas C y E, actúan como antioxidantes, que ayudan a prevenir el daño celular. Y contienen demasiadas grasas trans. Aunque hoy en día muchas compañías están reduciendo la cantidad de grasas trans, la realidad es que los alimentos lo siguen teniendo. Las moléculas de las grasas trans son estructuralmente diferentes de otros tipos de grasas, teniendo un doble enlace, el cual el cuerpo es incapaz de romper. Se almacenan en las arterias y en el hígado.
Contienen demasiados aminoácidos de cadena ramificada. Como sabes, los aminoácidos son los componentes básicos de las proteínas. La cadena ramificada en el nombre se refiere a la estructura química del aminoácido. Varios aminoácidos que el cuerpo necesita, incluyendo valina, leucina e isoleucina, tienen cadenas ramificadas. Y aunque los aminoácidos de cadena ramificada son necesarios para construir músculo, cuando una persona come demasiados de ellos, el exceso se va al hígado, donde se convierten en grasa.
También contienen demasiados emulsionantes, que son compuestos que ayudan a evitar que la grasa y el agua se separen. Estos compuestos actúan como detergentes, y pueden quitar un tipo de membrana mucosa que recubre los intestinos y se encarga de proteger las células. Esto puede poner a las personas en riesgo de enfermedades intestinales o alergias a los alimentos. También contiene muchos nitratos, especialmente productos cárnicos, los cuales se convierten en el cuerpo en compuestos llamados nitrosoureas, que están relacionados con el cáncer de colon.
Como ya es bien sabido, los productos procesados contienen bastante sal, la cual es la culpable de enfermedades como la hipertensión y enfermedades cardíacas. Otro de los ingredientes que los alimentos procesados contienen en exceso es la fructuosa. La fructuosa es un tipo de azúcar que se descompone en el hígado de la misma manera que el etanol. El investigador dice que el azúcar se puede considerar como el "alcohol de los niños". Hoy en día muchos niños tienen enfermedades tradicionalmente vinculadas al consumo de alcohol, como la enfermedad hepática grasa.
Imágenes | Sandra Cohen-Rose and Colin Rose | Hajime NAKANO | m01229 |
Vía | Live Science
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