Muchas veces queremos reducir nuestro consumo de carnes y posiblemente busquemos opciones para el ya famoso “lunes sin carne”. Hace unos días me encontré justo en ese dilema y fue cuando decidí preparar estas tortitas de kale, queso gorgonzola y queso de cabra. A nosotros nos gusta el sabor de los quesos fuertes, pero decidí atenuarlo un poco agregando también queso de cabra.
Una vez que tienes todos los ingredientes son muy fáciles de preparar. Su sabor es equilibrado y quedan muy esponjositas. Además son un platillo ideal para cuando tienes que comer fuera de casa, ya que son ideales para recalentar. A nosotros nos gustaron mucho con un poco de salsa verde picante.
Esta sencilla receta la podrás hacer con los utensilios básicos de cualquier cocina, tan solo vas a necesitar utilizar una sartén antiadherente, un cuchillo de cocina y una tabla para picar.
- Set de cuchillos de cocina 1,498 pesos
- Set de cuatro tablas para picar 494 pesos
- Sartén de hierro fundido Ubbe 289 pesos
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Limpia y trocea finamente las hojas de kale, retirando las partes duras del tallo.
En una sartén calienta una cucharada de aceite de oliva. Agrega la cebolla y el ajo, sofríe hasta suaves y olorosos, 5 minutos aproximadamente. Añade la kale troceada y rehoga hasta suaves, 2-3 minutos aproximadamente. Reserva.
En un tazón mediano mezcla los huevos, leche, harina, polvo de hornear, sal y pimienta. Mezcla hasta integrar por completo y no queden grumos de harina. Agrega la mezcla de kale, el queso gorgonzola y el queso de cabra, mezcla a integrar. Deja reposar en el refrigerador durante 30 minutos.
Calienta un poco de aceite de oliva en una sartén grande, cuando esté listo agrega 2 cucharadas de la mezcla para formar las tortitas. Cocina hasta dorar, voltea y repite por el otro lado.
Retira y coloca sobre una superficie con papel absorbente. Continúa con el resto de la masa hasta terminar.
Degustación
Te recomiendo servir las tortitas de kale, queso gorgonzola y queso de cabra como plato fuerte para un día que no quieras consumir carne, sobre todo acompañadas de una ensalada de verduras crujientes como pepino, jícama o zanahoria. A nosotros nos gustaron con un poco de salsa verde picosita.
