Siempre he dicho que cuando el mundo de la pastelería se encuentra con el de las artes plásticas estamos frente a una nueva forma de percibir la manera de disfrutar un pastel. El sentido del gusto se conjuga entonces de manera más transcendente con la vista. Ambos nos llevan por viajes oníricos espectaculares que nos alejan de la cotidianidad para adentrarnos por los mundos imaginarios de sus creadores.
Tal es el caso de Elena Gnut, una joven chef en pastelería de 31 años, originaria de Kaliningrado, Rusia, que ha desarrollado un verdadero talento artístico que va mucho más allá de mundo de la pastelería. No es ninguna novedad que las redes sociales como Instagram han sido los catalizadores para descubrir verdaderos talentos que rebasan las fronteras, para nuestro placer visual.
El abanico visual de las creaciones de Elena Gnut es sorprendente ya que es capaz de realizar pasteles de corte muy clásico así como obras surrealistas que parecieran salir de unos cuentos de ciencia ficción. Un pulpo gigante saliendo de las hojas de un libro de nos recuerda novelas de Julio Verne o pasteles frutales clásicos pero con un toque diferente son algunas de las propuestas de esta talentosa pastelera.
En todos los casos y sin importar el tema o el estilo de cada uno de sus pasteles, todos nos dejan sorprendidos por la perfecta técnica en su realización. Pero lo más interesante me parece sin duda ese toque muy personal que define a un verdadero artista.
Las textura, los colores y tonos usados son la firma creativa de Elena Gnut que más nos encanta. Sin duda una manera de inspirarnos y deleitar nuestras pupilas con pasteles que nunca quisiéramos tener de comer de lo hermosos que son.
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