En los últimos años hemos ido viendo como la tapioca blanca, ese ingrediente que nuestras abuelas usaban para hacernos pudín, se ha convertido en una estrella que vemos todo el tiempo en bebidas como el colorido bubble tea o en postres frutales. Es sin duda un ingrediente por el que poco nos hemos interesado. Por ello, es que hoy vamos a hablar de todo lo que necesitas saber de la tapioca blanca y cómo puedes prepararla en casa.
Lo primero que tienes que conocer es sin duda su origen: la tapioca no es oriental, como muchos pensaríamos, es en realidad un almidón que se extrae de la raíz de la yuca, una planta procedente de Brasil cuyo cultivo se ha expandido por Sudámerica donde se ha convertido en un alimento básico y su uso ha llegado a popularizarse en todo el mundo.
Comúnmente, la tapioca la podemos encontrar en perlas, pero también es posible encontrarla como harina, como fécula o en hojuelas; su uso más común en la cocina es como un agente espesante, tal como sucede con la fécula de maíz. Esto significa que en su mayor parte consiste en carbohidratos, y quienes están cuidando sus niveles de glucosa deben tener precaución en su uso, pues su índice glucémico es alto.
Valor nutricional de la tapioca
Una de las razones por las que la tapioca se ha popularizado es por que está libre de los alérgenos más comunes: no tiene gluten, no es un grano, y tampoco es una nuez. Por todo ello su uso no causará problemas en las personas celiácas, con sensibilidad al gluten o con alergia a las nueces. De allí, que la harina de tapioca se incluya en muchos productos sin gluten y es seguro usarlo para hornear en casa, para espesar sopas y salsas, así como para hacer rellenos para pays.
Por otro lado, la tapioca está libre de colesterol y en forma de perlas contiene 1.5 gramos de fibra, que aunque no es una gran cantidad, ayuda a alcanzar los valores diarios recomendados de entre 21 y 38 gramos. Es también fuente de calcio, encontrándose 30 miligramos de calcio en cada taza de tapioca en perlas, que equivale al 3% de la recomendación diaria.
Además, es baja en sodio. La misma cantidad de perlas contiene únicamente 2 miligramos, lo cual es bueno para quienes buscan reducir el consumo de sodio asociado a la presión arterial alta, infartos y enfermedades del corazón. Es fuente también de folatos, una vitamina B necesaria para la división de células. En cuanto a minerales, destaca su contenido de manganeso (el 8% de la recomendación diaria) y el hierro (el 13% recomendado).
Ayuda a ganar peso
En el caso de las personas que necesitan ganar peso de forma rápida, la tapioca puede ser de mucha ayuda, pues contiene 544 calorías y 135 gr. de carbohidratos por cada 152 gramos. Si bien no puede considerarse saludable, una de sus ventajas es que no conlleva los efectos negativos de consumir grasas y colesterol.
Esto no significa que la tapioca no pueda incluirse como parte de un plan de alimentación saludable, siempre y cuando su consumo sea moderado. Aunque como hemos dicho, si puede ayudarnos a alcanzar nuestro objetivo diario de algunos nutrientes importantes.
Usos de la tapioca
El sabor neutro de la tapioca lo hace ideal para usarse como espesante tanto en alimentos dulces como salados. Para usarlo de esta manera, debe hidratarse y hervirse en agua hasta formar un gel traslúcido antes de añadirse a los alimentos.
Como hemos dicho, puede usarse para hacer pudín, preparar bebidas de té o hacer dulces y postres. También es factible usarla para sopas y salsas, para alimentos con carnes molidas como hamburguesas, albóndigas o nuggets. Puede también añadirse a masas, sobre todo cuando se buscan opciones sin gluten.
Cómo almacenar la tapioca
La forma más común de comprar tapioca es en perlas, aunque en la sección de repostería de los grandes supermercados puede encontrarse en hojuelas o en harina. Al ser un ingrediente seco puede almacenarse por tiempo indefinido, siempre y cuando se haga en recipientes herméticos para prevenir la exposición a la humedad o a las altas temperaturas.
Dos formas de preparar tapioca para tus bebidas o postres
Bubble tea con "bobba" de tapioca
Prepara tu propio bubble tea en casa y diviértete agregando tus sabores favoritos. Puedes agregarselo a algun smoothie o batido de matcha, mango o lo que se te antoje.
Necesitarás:
- 1/4 taza de perlas de tapioca
- 2 tazas de agua
- 1/2 taza de azúcar
Procedimiento:
Consejo: Algunas recetas requieren que remojes la boba antes de cocinarla. Esto depende de la marca y el tipo de perlas que hayas comprado. Checa las instrucciones del paquete
Coloca el agua y la boba en una cacerola y hierve la mezcla a fuego alto. Revuelve constantemente para que la tapioca no se pegue al fondo de la cacerola.
Cuando comiencen a flotar bajaremos el fuego a temperatura media. Vamos a seguir cocinando por otros 12 o 15 minutos más. Remueve cada 5 minutos y retira cuando se termine el tiempo.
Retira del fuego y cubre con un trapo de cocina. Dejaremos reposar 15 minutos más. Retiramos exceso de agua.
Mientras a preparar un jarabe con la media taza de azúcar y 1/2 taza de agua hirviendo. Dejaremos reposar la tapioca por 15 minutos dentro del refrigerador.
Estas mismas esferas de tapioca las puedes integrar en mermeladas, para darle mayor consistencia y espesar la jalea, o puedes incorporarla incluso en paletas heladas frutales. Recuerda mantener la tapioca fresca y comerla inmediatamente, ya que de otra forma puede volverse chiclosa.
Pudin de tapioca
Es una cosa deliciosa, calentita y se trata de la receta secreta de las abuelas.
Primero vamos a dejar remojando la tapioca toda la noche.
En una cacerola mediana ponemos a hervir todos los ingredientes: la leche (2 tazas), la tapioca el azúcar y la sal. Prendemos el fuego a una temperatura mediana. Una vez que empiece a bullir vamos a bajar la flama y cocinamos por 5 minutos más.
Mientras vamos a batir los huevos, y posteriormente iremos agregando una taza de leche (2 cucharadas a la vez) y batimos hasta que todo esté integrado. Integramos esta mezcla al resto de la cocina y revolvemos hasta que todo quede mezclado.
Al final incorporamos una cuchara de vainilla, apagamos el fuego y Listo!
Sirve inmediatamente y disfruta. Puedes comerlo caliente o frío. Si vas a guardarlo en el refrigerador, cubre con una capa de plástico para que no se le forme una costra de nata en la parte superior.