El maíz es, sin duda, el alimento más representativo de la gastronomía mexicana: lo incorporamos a todo tipo de platillos y presentaciones a base de maíz. Uno de estas muchas caras del maíz es un delicioso postre que podemos encontrar comúnmente en casas mexicanas: el pan de elote.
Este tradicional postre mexicano es una de las muchas versiones de alimentos que se pueden preparar con maíz, lo que no es sorpresa, ya que nuestro país cuenta con más de 60 especies nativas de maiz y preparamos de todo tipo de alimentos con él: desde tortillas, sopes, gorditas, hasta los famosos elotes y esquites.
Ese postre nació en la época virreinal. Con la llegada de los españoles, se introdujo una tradición de repostería que enriqueció las técnicas de preparación de alimentos, ya que utilizaban ingredientes nativos del territorio mexicano, tal como lo es el maíz. Así nació este postre criollo: preparado con ingredientes originarios y con técnicas europeas.
En esta ocasión te contaremos cómo preparar este esponjoso postre. Tiene un sabor bastante amigable, natural y dulce. Es un platillo muy fácil de preparar y se convertirá en tu receta favorita para preparar en fines de semana, en cualquier día del año.
Iniciamos derritiendo la mantequilla en el microondas por 30 segundos. Después, en la licuadora )o en un bowl) agregamos los ingredientes líquidos: la leche condensada, los huevos, la vainilla y la mantequilla que acabamos de derretir. Licuamos bien hasta que queden bien integrados.
Después agregamos los ingredientes secos a la licuadora: la harina, el polvo para hornear y solo la mitad de los granos de elote. Licuamos hasta que adquiera una consistencia uniforme y después agregamos el resto de los granitos de elote y termina de licuar. Con ayuda de la espátula, mueve un poco los ingredientes que se hayan quedado pegados en los bordes y vuelve a licuar.
El secreto para que nuestro pan de elote quede muy esponjocito está en batirlo bastante bien, para que incorpore más aire
Engrasamos y enharinamos bien un molde para pastel y vertimos en él la mezcla. Horneamos a 180°C durante 50 minutos o hasta que la prueba del palillo salga completamente limpia.
Retiramos del horno y dejamos reposar a temperatura ambiente antes de desmoldarlo. Después, lo dejamos enfriar por completo sobre una rejilla o alguna charola.
