Actualmente, los rituales diarios de muchas personas incluyen tomar y/o tomarse fotos para compartirlas en sus redes sociales. Y la gastronomía no se queda atrás, tomarle fotos a la comida antes de probarla, se ha convertido en una especie de etiqueta culinaria moderna. El principal sitio donde se comparten este tipo de imágenes es Instagram. Sin duda esto se ha convertido en un fenómeno mundial, y es interesante ver las tendencias en los ingredientes y platillos favoritos.
La compañía inglesa Photoworld cuenta con un registro de los ingredientes más fotografiados en cada ciudad, basándose en el número de hashtags. Por ejemplo, Londres es la ciudad con más fotos de hamburguesas, seguida por Nueva York y Los Ángeles. Madrid es la ciudad con más fotos de churros, seguida por Sao Paulo, Singapur y Seúl. Cuando se trata de tomarle fotos a la pizza o al sushi, los ganadores son los habitantes de Nueva York.
La página de internet encargada del suministro de comidas, SousVideTools, recopilo en una infografía los 20 alimentos con más apariciones en Instagram. La pizza es la ganadora absoluta con más de 19.7 millones de fotografías. El segundo lugar lo ocupan los rollos de sushi con 13.4 millones de fotos, y el tercer lugar se lo lleva el pollo con 11.9 millones de etiquetas. Esta información indica que, en cuanto a proteínas animales, el pollo le gana a la carne de res en el número de fotografías compartidas.
Si hacemos una evaluación de las bebidas con más fotos en Instagram, el número uno sin duda es el café, con más de 60 millones de etiquetas. Existe una segunda división, siendo el latte el tipo de café preferido en esta red social, seguido por el cappuccino y el espresso. Aunque los datos varían, el segundo lugar lo ocupan las fotografías etiquetadas como vino, seguidas de las cervezas y por último los cocktails.
Entre los chefs y dueños de restaurantes, el que los clientes tomen fotos de su comida es un tema bastante controversial. Algunos restaurantes han ido tan lejos como prohibir a los comensales tomar fotos de los platillos. Entre las razones que dan es porque lo alimentos se enfrían, se genera una distracción para los otros clientes, y si no tomas una buena fotografía y la compartes en tus redes sociales, el restaurante y el chef quedan mal.
¿Nos hemos convertido en una cultura obsesionada con la comida? Se habla mucho de la obesidad, y aunque muchas personas se enorgullecen de compartir puros platillos saludables, los datos sugieren que la mayoría prefiere compartir alimentos calóricos. Aunque no parezca, muchas personas revelan gran parte de su personalidad a través de esas fotografías, como dijo Jean Anthelme Brillat-Savarin “Dime lo que comes, y te diré lo que eres”.
Ver a otros publicar sus propias elecciones culinarias, sobre todo cuando son poco saludables, hace que al momento de elegir un alimento chatarra, no nos sintamos tan culpables. Esto también funciona a la inversa, cuando vemos constantemente puras fotos de alimentos saludables, queremos probar y disfrutar de eso tazones de yogurt, smoothies o jugos de verduras.
Pero a pesar de que es una crítica común hacia los millenials, según los resultados de un estudio de la revista Psychological Science, retrasar la alimentación mediante la realización de un ritual corto, como tomar una foto, influencia positivamente nuestra percepción de la comida que estamos a punto de consumir.
Imágenes | Katrin Gilger | voyagevixen2 | c_by_kitty |
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