Las vacaciones decembrinas son quizá la época del año en el que más delicias horneadas hacemos en casa, ya sea por costumbre o por que al vivir en una zona calurosa solo nos apetece encender el horno cuando hace frío. Para las personas que son alérgicas al trigo y para los que padecen la enfermedad celíaca, dicha afirmación no siempre se cumple, puesto que deben poner especial atención a los ingredientes que se utilizan para hornear, principalmente en las harinas.
Recordemos que la celiaquía es una intolerancia permanente al gluten, mismo que encontramos en muchos cereales como en el trigo, la espelta, la cebada, e incluso la avena. Pero es bueno saber que existen muy buenas alternativas a estos granos, con las que es posible cocinar. A continuación, hablamos de algunas de las harinas alternativas para hornear sin gluten.
Harina de almendra
La harina de almendra consiste simplemente en almendras finamente molidas. Tiene un alto contenido en proteínas, grasas saludables para el corazón y vitamina E. La harina de almendras se puede utilizar para hornear bizcochos densos, pero también es un excelente reemplazo para el pan molido en las recetas de albóndigas o empanizados. La mejor manera de almacenar la harina de trigo es guardarla en recipientes herméticos en el refrigerador o en el congelador.
Harina de arroz
La harina de arroz está hecha con arroz finamente molido y usualmente la encontramos en su variedad blanca, aunque también existe en tonalidad marrón. Es un gran sustituto de la harina de trigo, gracias a que da una textura muy similar a la de esta en panes horneados. La harina de arroz es muy utilizada en la cocina japonesa para hacer fideos de arroz y postres tradicionales.
Harina de amaranto
El amaranto es comúnmente considerado un grano, pero en realidad es una semilla cuya historia se remonta 8000 años atrás, habiendo sido el alimento básico utilizado por los antiguos aztecas y tenía un valor sagrado al utilizarse en diversos rituales religiosos.
La harina de amaranto se hace moliendo las semillas hasta convertirlas en polvo, y es rica en fibra y proteínas. Su sabor es ligeramente terroso y nos recuerda el sabor de las nueces, por lo que es perfecto para usarse en galletas; sin embargo, las masas preparadas con harina de amaranto pueden sentirse secas, por lo que para contrarrestarlo y obtener la consistencia deseada puede agregarse un poco de agua o aceite.
Harina de papa
La harina de papa consiste básicamente en la molienda de papas deshidratadas y es una fuente natural de vitamina B y fibra. Es importante saber que la harina de papa atrae y retiene el agua, por lo que es ideal para panes de miga húmeda. También puede utilizarse como espesante para sopas y salsas.
Harina de garbanzo
La harina de garbanzo es una gran fuente de proteínas, fibra y hierro. Es muy utilizada en Oriente Medio y en la cocina de la India. Si se mezcla con agua puede crearse rápidamente un hummus. Como su sabor es muy característico se usa para alimentos horneados de sabores fuertes, como el pan de calabaza, los brownies o las pizzas.
Alfarfón o harina de trigo sarraceno
El alfarfón es un grano entero cuya molienda produce una harina oscura y de un rico sabor a nuez. Tiene un alto contenido en fibra y es buena fuente de calcio y de proteínas. Su característico sabor hace que la harina de trigo sarraceno sea ideal para recetas de muffins. De todas las harinas alternativas es quizá la más difícil de encontrar en México, aunque su importación por parte de las tiendas de productos naturistas y gourmet ha ido creciendo en los últimos años.
En Directo al Paladar México | Paseo por la gastronomía de la red: recetas sin gluten para celíacos