Una de las recomendaciones que escuchamos más frecuentemente de los expertos en nutrición es reducir en nuestra alimentación el consumo de carne y no entraré en la discusión de por qué hacerlo. Baste con decir, que al igual que todo, debe consumirse con moderación, sin excesos.
Lo que no nos dicen sobre el tema es ¿cómo hacerlo?, cómo cambiar ese hábito que quizá tiene años arraigado en nuestras costumbres. Ahí la razón de que el tema que hoy les traigo es precisamente sobre sencillas estrategias que podemos seguir para lograr este propósito: comer menos carne.
Ten al menos una comida sin carne durante la semana
No comer carne un día de la semana, equivale a reducir casi el 15% de tu ingesta semanal de carne. Muchos de los blogs de cocina que hay en internet, están siguiendo la campaña Lunes sin Carne, en la que comparten muchas recetas sencillas y deliciosas que puedes preparar, como por ejemplo, una pizza vegetariana.
Compra menos carne
Esta estrategia te puede ayudar en dos cosas, a ahorrar más o a comprar carne de mejor calidad, en cortes más magros, de animales alimentados sin hormonas, los cuales mejorarán significativamente tu salud y te ayudarán a controlar mejor tu peso.
No comas carne antes de la comida
Quizá, en tu desayuno o almuerzo, estás acostumbrado a añadir unas lonchas de tocino, jamón, pechuga de pavo o pollo. La idea sería sustituir estos frecuentes rellenos en los sandwiches y paninis, o burritos, entre otros, por verduras asadas, ensaladas o frutas.
No permitas que la carne sea el elemento principal de tus comidas
Cierto que no hay nada como un buen trozo de filete sobre nuestro plato, pero comerlo todos los días no es lo más sano que le podamos hacer a nuestro organismo. Si relegamos la carne a ser un ingrediente secundario de nuestros platillos, nos aseguramos de obtener una porción aceptable de lo mejor de sus nutrientes sin excedernos.
Intenta con los platos étnicos
La cocina mediterránea, india, china, tailandesa e incluso la cocina italiana apuestan más por los ingredientes frescos en sus platillos que otros tipos de cocinas. Lo mejor, es que muchas de sus recetas son realmente sencillas. Además de ser más saludables, te servirá para abrir tu mente y mostrarle a tu paladar otros sabores.
Corta tu carne en filetes más pequeños
La porción recomendada de carne es de entre 100 y 150 gramos, si los pesamos, nos daremos cuenta que es una porción muy pequeña comparado con lo que estamos acostumbrados. Para que no sientas que lo que tienes en tu plato es nada, engaña a tu vista rebanando tu carne en filetes más delgados, creando la ilusión de un corte más grande. Un beneficio más: se cocinará de manera más uniforme.
Aprende a hacer más comidas a base de pasta, granos y vegetales
Suena fácil y lo es. Falta con echarle un ojo a algunas recetas que les hemos compartido aquí en Directo al Paladar México e intentar hacerlas. Es más económico, más sencillo y muy nutritivo.
Encuentra sustitutos
Todo es cuestión de investigar un poco, opciones hay muchas y se trata de encontrar la que más nos guste. Algunos ejemplos son el tofu, los champiñones Portobello, el seitán, la soya o el tempeh, por nombrar algunos.
Convive con amigos vegetarianos
El cenar una noche con ellos no te hará ningún daño, puede que incluso se animen a cocinar para tí o a enseñarte sus secretos de cocina, probablemente ellos hayan hecho más experimentos al preparar sus alimentos que tú, por lo que puedes aprender mucho de ellos.
Calcula cuanto gastas en tus alimentos
Esta estrategia se aleja un poco ce la cocina y nos lleva a tomar lápiz, papel y reunir las últimas notas de compra. Hazlo sentado que te vas a ir de espaldas cuando veas que el 75% de lo que gastas en alimentos se va en carnes. Quieres ir más allá, intenta reducir tu gasto de carnes por la mitad y usa esa parte para comprar más vegetales y granos enteros.
Estas recomendaciones para comer menos carne son sólo un punto de partida para lograr este objetivo, depende de cada uno elegir cual poner en práctica y buscar otras opciones que se adapten a tí y a tu familia.
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