Los espárragos tienen un alto contenido de vitaminas B6 y C, fibra y ácido fólico, por lo que incluirlos en la alimentación es un gran acierto. Los encontramos en tres colores: blanco, verde y morado, aunque la variedad más común es la verde, y los podemos encontrar frescos desde finales de febrero hasta los principios de verano, por lo que estamos aún a tiempo de disfrutarlos.
Pero al ser considerado por muchos un alimento de lujo, son pocos quienes saben como elegirlos, conservarlos y cocinarlos, por lo que hoy hablaremos de cómo debemos realizar estos procesos.
Cómo elegirlos
Seguramente cuando estés frente a los manojos de espárragos, encontrarás que algunos pueden tener el tallo grueso y otros el tallo fino, pero debes saber que éste aspecto no es necesariamente un indicador de calidad. La clave, está en seleccionar aquellos que estén rectos, firmes, con tamaño uniforme y puntas cerradas.
También es importante que elijas aquellos manojos que estén refrigerados o en hielo, ya que el espárrago se deteriora rápidamente. Y es justamente por esta razón que los espárragos debemos utilizarlos dentro de los primeros tres días después de la compra.
Cómo conservarlos
Si no vas a cocinarlos inmediatamente, lo mejor para conservar su frescura es colocarlos en en recipiente con agua fría en posición vertical, o si es posible, envolver los extremos en una toalla de papel húmeda y refrigerarlos.
Cómo cocinarlos
Para cocinar los espárragos, hay que enjuagarlos con agua templada y cortarles los extremos del tallo. Después de eso, podemos cocinarlos y para ello existen decenas de recetas, pero debes saber que puedes disfrutarlos simplemente aliñándolos con un poco de aceite de oliva y que los puedes agregar en sopas, ensaladas, arroces, huevos, pasta y como acompañamiento de carnes, tanto blancas como rojas.
Algunas maneras de cocinarlos son:
Al vapor: Para cocinar los espárragos de esta manera, hay que atarlos con un hilo de cocina, tanto en el extremo del tallo como abajo de las puntas, asegurándonos de que estén alineados por la parte inferior del tallo. Posteriormente, hay que colocarlos verticalmente en la vaporera, la cual debe tener unos 5 cm de agua hirviendo, tapar y cocinar durante 5 u 8 minutos. De esta manera, aunque los extremos están en contacto con el agua, en realidad, las puntas, que es lo que consumimos se cuecen al vapor.
Por ebullición: Para este método de cocción, hay que colocar los espárragos en una sartén grande con hasta 3 cm de agua y hervirlos por un máximo de 5 minutos.
Escaldar: Si vas a utilizar los espárragos para preparar ensaladas o algún plato frío, el método de escaldado es la opciónn a elegir. Para ello, hay que sumergir los espárragos cocidos al vapor o hervidos en un recipiente con agua helada tampono como se cuezan, para cortar inmediatamente la cocción y conservar el color y la firmeza de los espárragos.
Asar: Para asarlos sin necesidad de una parrilla o un asador, podemos colocarlos en una bandeja para hornear y rociarlos con aceite de oliva o de sésamo y meterlos al horno precalentado a 230ºC por 10 o 15 minutos.
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