¿Te imaginas tener en un mismo lugar toda la comida que comiste el año pasado? Seguramente muchos de nosotros quedaríamos impactados. Pues justamente eso es lo que hizo el artista israelí, Itamar Gilboa. En su estudio, ubicado en Amsterdam, creo un supermercado con comida fantasma, es decir con esculturas blancas de todos los alimentos que comió durante 365 días.
Además de estudiar arte, Gilboa es un obsesionado de los números y recientemente de los comportamientos alimentarios de la sociedad actual, especialmente de los desperdicios en la comida. La idea del proyecto Food Chain Project (Proyecto de Cadena Alimentaria), es crear conciencia de lo que una sola persona puede llegar a consumir en un año, y visualizar la comida que se necesita para alimentar a toda la humanidad.
Durante un año entero, Gilboa, meticulosamente mantuvo un diario de todo lo que comía y bebía al día. Tardo tres años en crear los modelos de resina necesarios para recrear cada tipo de ingrediente. Actualmente en la instalación podrás encontrar más de 8,000 esculturas, entre ellas 117 plátanos, 113 papas, 31 manzanas, 196 galletas, 37 hamburguesas, 22 pizzas, 307 latas de refresco de cola, 25 litros de leche, 19 pasteles de manzana y 111 litros de vino tinto.
Cada pieza encontrada en la instalación la puedes comprar directamente en la exposición o a través de su página de internet. El 30 por ciento de las ganancias son donadas a diversas Organizaciones No Gubernamentales que lidian con problemas de alimentación. Por eso se decidió llamarlo Proyecto de Cadena Alimentaria: Lo que comío se convirtió en arte, que al ser vendido puede volver a ser comida.
Imágenes | Food Chain Project
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