Desde hace cierto tiempo he notado que se ha desarrollado una tendencia de usar alimentos para crear arte. Esto se ha dado en prácticamente todos los países con resultados muy variados. Sin duda, la idea de usar alimentos e ingredientes de manera creativa es divertida e interesante. Todo depende al final del grado artístico de quien lo realice.
Tal es el caso de la ilustradora Bea Crespo y la fotógrafa Andrea Portolés con el proyecto llamado Brunchcity. En este proyecto recrean ciudades en miniatura utilizando las especialidades gastronómicas de las mismas.
Dentro de esta amplia gama de creaciones, he visto muchísimas propuestas artísticas que recrean personajes famosos, animales exóticos o lugares lejanos de manera bidimensional sobre superficies planas. Pero es más raro cuando el artista decide llevar más allá sus habilidades y nos propone arte tridimensional hecho con comida.
Los rollos de sushi nos recuerdan a Tokio, el croissant nos lleva a París y los cupcakes nos propone una imagen dulce de Londres. Todas estas creaciones son estrenadas cada 15 días en el blog oficial del proyecto llamado justamente Brunchcity Blog.
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