La primavera ha llegado ya con sus días soleados y una gran variedad de frutas y verduras que solo podemos disfrutar hasta el verano en su mejor punto y mayor frescor. Lo malo, es que hoy en día la mayoría de nosotros no podemos pasar diariamente por el mercado y nos vemos obligados a abastecernos de ellos solo en una o dos ocasiones por semana.
El hecho de que tengamos tanta variedad de frutas y verduras frescas muchas veces nos lleva a comprar de más y el excedente, al echarse a perder termina en la basura. Para que eso no nos suceda, además de aprender a comprar únicamente lo que vamos a necesitar, hoy les compartimos seis trucos para evitar que los alimentos se echen a perder rápidamente, de modo que podamos mantenerlo frescos por más tiempo.
Plátanos
Los plátanos y algunas otras frutas emiten gas etileno para propiciar su propia maduración. Para alentar este proceso envuelve los tallos con plástico autoadherible, pues es en esta zona donde se libera la mayor parte del gas; de esta manera se reduce la cantidad de etileno emitida y se retrasa el proceso de maduración, manteniendo así la fruta fresca durante una mayor cantidad de tiempo. Este truco también puede utilizarse con las peras, las ciruelas, las nectarinas, y los jitomates, por lo que todos estos deberás almacenarlos alejados entre sí.
Apio
El apio es una de esas verduras que pueden pasar rápidamente de crujientes a flácidas, así como perder su sabor. Para acrecentar la vida de esta hortaliza no hace falta más que invertir un poco de tiempo para guardarlo. Simplemente, tenemos que separar cada tallo, lavarlos y secarlos, y luego envolverlos en papel aluminio. De esta forma evitamos que le entre aire y humedad, pero también evitamos que el gas etileno se quede atrapado en una bolsa de plástico.
Lechugas
Cuando compramos una lechuga, lo hacemos con la intención de prepararnos ensaladas saludables, sin embargo, si no las usamos pronto, en unos cuantos días sus hojas se marchitan. Para lograr que nos duren más tiempo, solo tenemos que asegurarnos de limpiar y secar perfectamente la gaveta del refrigerador donde las colocamos. La recomendación es secarlo con una toalla de papel para absorber mejor el exceso de humedad, pues es esta la culpable de que nuestras lechugas pierdan su textura.
Fresas, zarzamoras y frambuesas
La primavera y el verano son las temporadas del año en que las fresas, las zarzamoras y las frambuesas están en su mejor época y nos regalan lo mejor de su sabor, aroma y color. Lo malo de esto, es que si por su precio compramos más de las que podemos consumir, en pocos días podemos terminar con frutas cubiertas de moho.
Pero evitarlo es tan fácil como hacer una mezcla de una parte de vinagre y tres partes de agua y enjuagar en esta solución nuestras bayas. Eso sí, para que no se impregnen del sabor del vinagre, hay que asegurarnos de lavarlas posteriormente con agua y una vez secas, colocarlas dentro de su empaque y guardarlas en el refrigerador.
¿Por qué vinagre? Porque ayuda a matar las bacterias presentes en estas frutas, previniendo de esta manera que se mantengan frescas y libres de moho por más tiempo.
Champiñones
Los champiñones son muy versátiles, pues podemos utilizarlos para preparar una ensalada, una crema, acompañar alguna carne o colocarlos de topping en una pizza. Para mantenerlos por más tiempo frescos y con una textura firme, lo único que tenemos que hacer es guardarlos en una bolsa de papel en lugar de en una bolsa de plástico.
La bolsa de papel absorberá la humedad que causa el moho en los champiñones, siempre que nos aseguremos que sea de papel vegetal y que permita la circulación del aire para que la humedad no se concentre.
Papas
Las papas son otro de los ingredientes más nobles y versátiles que encontramos en nuestros mercados. Son las favoritas de muchos tanto por que es fácil encontrarlas en cualquier temporada del año a un precio accesible y a todos gusta, pero además por su alta durabilidad. Lo malo, es que si las dejamos mucho tiempo almacenadas, comienzan a ablandarse y a sacar brotes.
Para evitar que esto suceda lo que necesitamos es mantenerlas en un lugar fresco, seco y bien ventilado, puesto que la luz solar y la humedad son las que estimulan el crecimiento de brotes y la acumulación de solanina, una sustancia que les da un sabor amargo a las papas y que puede causar algunas enfermedades.
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