Aunque aún tenemos la mira en lo que sucede en el Mundial Rusia 2018, la vida continúa su curso, y esta semana en Gran Bretaña, los duques de Cambridge han bautizado a su hijo menor, el príncipe Louis Arthur Charles, que nació el pasado mes de abril ocupando el quinto lugar en línea de sucesión al trono británico.
Pero lo que ha llamado la atención de los medios e invitados, es que después del bautizo se ha servido a cada uno una rebanada de uno de los niveles del icónico pastel de boda del príncipe William y Kate Middleton que se realizó en el 2011, hace ya siete años.
Recordemos que el famoso pastel de 8 niveles fue diseñado por Fiona Cairns y fue formado con 17 pasteles de frutas, la elección tradicional de las bodas reales británicas, mismos que además fueron decorados con 17 diferentes tipos de flores y hojas.
Si bien en algunos países de América se tiende a conservar el nivel superior del pastel de boda para celebrar el primer aniversario de la pareja, en la familia real británica se conservan algunos niveles de pastel para el bautizo de sus hijos. De allí que no solo en el bautizo del príncipe Louis se haya cumplido con esta tradición, sino también en los bautizos de sus hermanos, el príncipe George y la princesa Charlotte en los años 2013 y 2015 respectivamente.
Resulta además interesante saber que es una tradición que no solo se conserva en la familia real, puesto que las parejas en Gran Bretaña también la siguen. Las de ellos, usualmente tienen tres niveles, cada una con un propósito diferente: la de hasta abajo se sirve en la ceremonia, la del centro después del evento y la superior es conservada para el bautizo de su primer hijo.
Imágenes | @livforcake, John Stillwell