Nadie lo esperaba. El 26 de abril de 1986 los residentes de la localidad de Chérnobil en Ucrania, despertaron con un estruendo que sacudió los cimientos del lugar. Ese día ocurrió un hecho que quedó grabado para siempre en la memoria colectiva de la historia universal: un descuido ocasionó una explosión en la central nuclear más importante de esa región, y a partir de ese momento, las consecuencias de la radiactividad fueron brutales.
En aquel momento, la ONU contabilizó que casi 8.4 millones de personas de los países afectados fueron expuestas a la radiación, por lo que es considerado el peor accidente nuclear de la historia.
Así llegó a México
Los daños colaterales se expandieron hacia otros terrenos, en su mayoría europeos, y así fue como este incidente —que parecía tan lejano en ese momento— alcanzó a México, cuando nuestro gobierno —que compraba leche en polvo a Irlanda desde los años setenta— adquirió el suplemento contaminado con Cesio-137, (una sustancia radioactiva que ocasiona graves daños a la salud) y que, sin imaginarlo, distribuyó la entonces Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO) en paquetes destinados a la mayoría de la población.
Treinta y seis años después de este suceso, y situándonos en la actualidad, la Secretaría de Salud (SSA) tiene como deber dar a conocer con claridad cómo es que se permitió este suceso, de acuerdo a datos determinados por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), quien detalló que las consecuencias de la explosión fueron más allá de lo esperado, ya que las investigaciones arrojaron que las partículas radiactivas permanecieron en el suelo y se acumularon con la vegetación que consumieron las vacas.
De acuerdo a la Comisionada del INAI, —en entrevista para Aristegui Noticias— Josefina Román Vergara:
"Esto provocó que estos mamíferos de ganadería, produjeran leche con altos niveles de contaminación radioactiva" y se plantea que una buena mayoría de esa leche, fue la que llegó a México".
Los datos que proporciona el INAI
En documentos que datan del año 1987, se dan indicios de que la SSA celebró una reunión con la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias y la CONASUPO, en donde se planteó la posibilidad de diluir la leche en polvo contaminada con cesio radiactivo para evitar graves daños a la salud de la población.
Más tarde, el Congreso de la Unión emitió un documento acerca de la investigación realizada entre 1986 y 1987 sobre el producto que arribó a México. En este se precisa que el 18 de febrero de 1988, la Secretaría de Salud ordenó su devolución, informó el INAI.
¿Por qué se abrió de nuevo esta solicitud?
En ese momento, una persona solicitó a la SSA información sobre la leche contaminada. Sin embargo, la secretaría declaró que no podía proporcionar el documento porque correspondía a la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
La persona presentó un recurso de revisión al INAI. En contraste la SSA requirió a la Dirección General de Tecnologías de la Información que emitiera un pronunciamiento sobre el mismo. Más tarde, luego de una búsqueda exhaustiva en el Departamento de Archivos de Concentración e Histórico, la dirección localizó el documento de la CONASUPO, es así que el Pleno del INAI determinó que la SSA debe informar sobre la disponibilidad del documento y detallar el procedimiento a seguir para consultar la información de manera física.
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