Hoy el emblemático Café Trevi anuncia su cierre definitivo. En tiempos de universitaria mis amigos y yo solíamos ir a "vagar" por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, ya que nos quedaba a cinco minutos (o menos) caminando. Las horas no importaban, así fuesen días soleados, lluviosos, "viernes de cheve" en el Salón Corona de la calle de Bolívar, o de baile underground en los oscuros pasillos de la UTA iluminados por luces neón. Simplemente no importaba, el tiempo pasaba y se disfrutaba. Éramos libres y mucho más jóvenes. A veces, esas rondas se convertían en días de café llenos de charla bohemia y pizza napolitana en uno de los rinconcitos llenos de historia, más simbólicos de la Alameda Central: el Café Trevi, —ubicado en la calle Cristóbal Colón #1 colonia Centro— que sobrevivía adaptándose a los cambios de la gran ciudad y que hoy, tras 60 años de vida y de memorias, anuncia que ha perdido la batalla contra el tiempo y la gentrificación.
La historia y los cimientos
Qué historias no vio el edificio Trevi, en el que vivieron artistas, periodistas, catedráticos y extranjeros que aman y amaron esta ciudad, la Ciudad de México. Allí, junto a locales comerciales como el de las tortas Robles, la cafetería Trevi demostró que sus cimientos son buenos ya que soportó los embates del tiempo. Se mantuvo de pie, firme y orgullosa a pesar de los sismos que ocurrieron el 19 de septiembre de 1985 y el 19 de septiembre de 2017, pero no sobrevivieron al terremoto de la modernización.
En sus mesas y sillas de medianas colchonetas rojas y en su espacio retro de las típicas cafeterías de los años 50, se vivieron y se desarrollaron grandes historias. Allí se sentó una vez Fidel Castro y el Che Guevara, se filmaron más de 20 películas entre mexicanas y extranjeras y hasta ocurrió una vez, un concierto de Willie Colón. La cafetería permaneció con la esencia impávida con la que en 1955, el italiano Franco Pagano la inauguró.
Sobrevive la tortería Robles y la cafetería Regis
Todo comenzó hace poco más de dos años, en donde el edificio junto con la cafetería se sometieron a largos y tediosos procesos de litigio,en los que ahora, los nuevos dueños del edificio, lograron un acuerdo con los inquilinos, incluidos los negocios de la planta baja, para desocupar el inmueble. Así se pone punto final a una parte de la historia de la Ciudad de México, mientras que las tortas Robles y la cafetería Regis, lograron sobrevivir tras llegar a un acuerdo de formar parte de la renovación del edificio, aunque el cierre será temporal, mientras se inician los trabajos de rehabilitación y remodelación del inmueble.
De acuerdo al diario La Jornada, el 10 de abril de 2018, un grupo de empresarios constituyó el fideicomiso 2476/2017, en el que funge como fiduciaria Banca Mifel, para adquirir el inmueble, que a decir de los vecinos se convertirá en un hotel boutique, con oficinas tipo coworking y restaurantes gourmet. Los 45 departamentos que alberga el edificio deberán ser desalojados antes del 31 de julio y este 4 de noviembre de 2020, la historia de vida para el café Trevi, habrá llegado a su fin.
Curiosas fusiones gastronómicas
La autenticidad y la convergencia entre dos culturas —la italiana y la mexicana—, se apreciaban en el menú de este local: por un lado podías consumir los típicos antojitos mexicanos, desde los chilaquiles rojos picositos que eran un clásico en el desayuno o después de una noche de baile y cerveza en algún lugar, hasta el mole negro con una pieza de pollo o las chuletas de cerdo a la poblana. Pero también, podías encontrar clásicos italianos como la tradicional pizza a la napolitana, el espagueti a la financiera o los *canelones al gratín Rossini**, otros clásicos del lugar.
Café Trevi en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Menú. CDMX
Para cerrar con un poco más de historia
Café Trevi. Centro Histórico de la Ciudad de México.
El Café Trevi fue inaugurado en 1955 por el italiano Franco Pagano, quien nombró así su negocio por la Fuente de Trevi y por su apasionado fanatismo hacia ese lugar, y hacia una de las más emblemáticas escenas del cine, a nivel internacional: aquella en donde el monumento aparece en la película de la Dolce Vita, del maestro Federico Fellini.
Cabe destacara que entre días de atareado trabajo laboral y movimiento urbano, esta cafetería, La Trevi como le decían, se convirtió en uno de los espacios más visitados por los primeros oficinistas del lugar. Allí se cerraban negocios o se abrían otros, también nacieron romances y amistades y hasta la fecha, antes de esta noticia, la bohemia, la poesía y el baile estuvieron presentes, como la algarabía típica, propia de la esencia del lugar.
Ahora es momento de decir adiós a un edificio histórico y a un lugar que ha sido parte importante de la historia cultural y gastronómica del lugar: te recordaré siempre, Café Trevi, este lugar lleno de sucesos culturales ocurridos en un tiempo de antaño y sí, también de memorias personales, que permanecerán intactas en la memoria, en la mía y en la de muchos más que recordaremos este sitio como un rinconcito de historias, cariños y memorias... y uno no puede evitar dejar de sentir roto, por un momento, el corazón.
