Ya casi dos años después de haber ganado la final del concurso MasterChef México, acompañamos a Adriana Salcedo en una clase de repostería junto con los niños del Centro AMANC, al sur de la Ciudad de México. Horneamos una receta sumamente saludable de cupcakes, tan sencilla que los pequeños de la casa pueden prepararla sin problemas.
Después de ganar el controversial concurso en 2020, Adriana Salcedo, la chef originaria de Guasave, Sinaloa, ha logrado emprender el camino para seguir su sueño y dedicarse de lleno a la gastronomía. Cuenta que ha sido un 'sueño hecho realidad' ganar el concurso y demostrar al mundo entero que realmente es muy buena y está muy comprometida con la cocina, puesto que fue una verdadera apuesta dejar la carrera de Derecho para enfocarse en su verdadera pasión. Pero que ha valido completamente la pena.
Adriana cuenta, muy emocionada, que su vida ha cambiado desde que ganó el concurso: se mudó a 'Chilangolandia' o sea, a la Ciudad de México en dónde constantemente se la pasa en eventos e impartiendo cursos de cocina y repostería para adultos y niños. También anunció que próximamente se mudará un par de años a España para cursar un diplomado de repostería y que de ahí se dejará llevar por la corriente, y que la vida la lleve a dónde tenga que ir.
La semana pasada nos reunimos con ella en uno de sus múltiples eventos en donde deja claro que su verdadera pasión está en la cocina: impartió un taller de repostería en el Centro de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC), una institución que desde 1982 ha mostrado una gran labor social al brindar acompañamiento a niñas, niños y adolescentes con Cáncer.
En este centro suelen prepararse múltiples actividades enfocadas a promover que los niños pasen un gran tiempo de calidad, que se diviertan y se distraigan un rato de su proceso que implica su tratamiento. Adriana se mostró muy comprometida en colaborar con la causa y en compartir con los pequeños su mayor pasión. Informó que está trabajando en una propuesta por elaborar una serie de talleres de repostería para los pequeños del centro.
En esta primera clase, nos compartió una receta de cupcakes con harina de avena, que además de ser un snack saludable, son ideales para preparar en familia. En el Centro AMANC, todos los niños formaron tres equipos y, con orientación de Adriana Salcedo y apoyo de sus madres, lograron preparar los cupcakes de avena más esponjosos que hemos probado en muy poco tiempo.
Con una sonrisa en sus rostros, los pequeños se turnaban los globos para batir la mezcla, aplastar los plátanos, medir las porciones en la báscula y para decorar la cobertura con mucha creatividad. Adriana les recordó que en la cocina es muy importante el trabajo en equipo, así como la atención y la presición; y así los niños y niñas del centro AMANC se fueron muy orgullosos con sus madres e instructoras para presumir el resultado de su esfuerzo: unos cupcakes de avena con cobertura de yogur griego muy coloridos y sabrosos.
A continuación, te compartimos la receta secreta de Adriana, junto con algunos tips que nos reveló para que la preparen en casa y se conviertan en maestros reposteros.
Comenzamos precalentando nuestro horno a 180°C.
Después, en un bowl agregamos un huevo y lo comenzamos a batir con un globo. Adriana explica que el secreto para esponjar el huevo se encuentra en una técnica correcta de batido: basta con mover la muñeca de forma horizontal. De esta forma, explica, nos cansamos menos y conseguimos que entre la suficiente cantidad de aire al huevo para que nuestro cupcake esponje bien. Se debe de batir hasta que el huevo adquiera una consistencia homogénea y un ligeramente burbujeante.
Una vez que el huevo esté bien batido, agregamos 50 gramos de miel y nuestro plátano molido previamente (con ayuda de un tenedor), junto con una cucharada de leche de almendra a nuestra mezcla y batimos nuevamente.
Posteriormente, agregamos la harina de avena mezclada con la harina blanca y el cacao en polvo. Adriana nos explicó que, siempre que utilicemos harina de granos más gruesos es importante agregar una cantidad proporcional a 1/3 de harina blanca para que el pan esponje de forma adecuada y que no resulte una especie de masa apelmazada.
Una vez que las harinas se hayan incorporado de forma adecuada, agregamos una pizca de sal, una cucharada de polvo para hornear y volvemos a batir. También nos explicó que es muy importante agregar una pequeña pizca de sal a las preparaciones de repostería porque esto potencía el sabor de nuestros ingredientes, pero que hay que procurar no salar nuestro platillo.
Una vez terminada nuestra mezcla, colocamos capacillos sobre un molde para cupcakes y comenzamos a servir la mezcla. Hay que procurar no servir demasiada masa en nuestros capacillos, ya que la mezcla va a crecer cuando se termine de hornear. Metemos nuestro molde al horno y lo dejamos ahí por 25 minutos.
Mientras nuestros cupcakes están en el horno, nos dedicaremos a preparar la cobertura para nuestros cupcakes
En un bowl limpio colocamos nuestra media taza de yogur griego, con un el resto de miel de abeja y una cucharadita de extracto de vainilla. Los mezclamos bien hasta que quede una mezcla homogénea.
Retiramos nuestros cupcakes del horno y los dejamos enfríar por unos 10 minutos.
Una vez que se hayan enfríado, con ayuda de una cuchara o una pala los cubrimos con nuestra cobertura de yogur griego. Ahora, el resto queda a tu imaginación: puedes agregar trozos de nuez picada, arándanos o plátano en rodajas para decorar.