Ya sea que consumas té por sus propiedades aromáticas o medicinales, por tradición o simplemente porque te gusta su sabor, pero es una bebida muy popular alrededor del mundo; por lo que hoy te compartiremos la historia de su origen, el cual oscila entre una leyenda budista y el descubrimiento de un curioso emperador chino.
Leyendas chinas
Para hablar del origen del té hay que sumergirnos en leyendas de la cultura china, donde resalta la historia del monje Bodhidharma -reconocido como el vigésimo octavo patriarca hindú del Budismo Zen y el primero del Budismo Chan, en China-, quien, en el año 520 a.C. se quedó dormido en una de sus meditaciones, por lo que, en penitencia, cortó sus párpados, y, donde cayeron creció una planta llamada ch'a, palabra que significa té, en ese país.
Otra leyenda de China, del origen del té, es más antigua, se remonta al año 2700 a.C., durante el reinado del emperador Chen Nung, quien descansaba bajo la sombra del árbol del té, cuando repentinamente unas hojas cayeron en el agua caliente que él bebía; le dio curiosidad probar ese líquido, el cual, le pareció agradable y estimulante.
Esta segunda historia cuenta que, a partir de su descubrimiento, el curioso emperador Chen Nung introdujo la costumbre de consumir té en su corte, acción que rápidamente se fue extendiendo; primero a la aristocracia y posteriormente al pueblo. Otra versión narra que el emperador Chen Nung bebió una infusión de las hojas de un árbol, el llamado árbol del té, se intoxicó, pero que sobrevivió.
El té, del árbol a tu taza favorita
Hasta comienzos del siglo XIX Asia era el único continente que producía té, pero a partir de ahí, producción se extendió a África, Oceanía, y América del Sur, gracias a los navegantes que viajaron de un país a otro. Ya en tiempos más cercanos, en 1912, el comerciante neoyorquino Thomas Sullivan tuvo la gran idea de meter el té en bolsitas y ofrecerlo; lo cual, hizo más práctico su consumo.
Así fue como se fue extendiendo la cultura del consumo del té, la gente fue probando otras hierbas y hojas, las cuales los investigadores fueron analizando y descubriendo sus beneficios terapéuticos, éstos, en su origen jamás habrían imaginado, ni en la versión de la leyenda budista, ni en la del curioso emperador chino; pero afortunadamente, nosotros los conocemos y podemos disfrutarlos.
Fuente | Universidad de Chile |
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