¿Cuántas veces hemos ido al puesto de tacos de nuestra preferencia y nos hemos encontrado con esa deliciosa salsa verde que tiene el color del "guacamole" ¿y lo hemos considerado como tal? ¿hemos vivido engañados pensando que es guacamole? La respuesta es: sí. (Claro, hay taqueros que sí usan aguacate y preparan verdadero guacamole) Y te contamos todo lo que tienes que saber acerca del falso guacamole.
Apuesto a que te sorprendiste ¿cierto? ahora estamos derribando mitos como el que te aclaramos en algún momento sobre la cerveza quemada; y entonces ¿si no es guacamole qué es?
Cómo inició todo
¡¿Pero que no es guacamole?!... ¿cómo?, si sabe a guacamole y se siente como tal. Así es, pero se trata de una receta que sin duda aprovecharon los taqueros para crear en momentos en los que no había opción para poner aguacate. Aunque el origen de la receta es incierto, se trata de una forma de preparar salsa tipo guacamole, que han copiado los taqueros de México para darle mayor sabor a los tacos y para –de alguna manera-, hacerlo pasar como un complemento de aguacate.
Sí, muchos no preguntamos y simplemente por el color y el sabor, creímos que era aguacate.
¿Entonces qué es?
Se trata de una receta que lleva alimentos saludables y muy ricos, que seguramente te sorprenderá: es una combinación de chile Serrano con calabazas grandes, ajo, consomé de pollo y un poco de sal.
En realidad el falso aguacate es (otra salsa famosa), la salsa de calabacita.
Y es tan rica y consistente que desprende un sabor muy cercano al del aguacate con chile. (De ahí la confusión).
¿Cómo se prepara?
No hay motivo para decepcionarse, siempre puedes aprender a preparar esta deliciosa salsa y agregarla a tus tacos o guisos (hasta pasta), en caso de que (como ahora), estemos viviendo una crisis de aguacate, en la que se disparan los precios:
INGREDIENTES:
1 calabacita grande.
- 3 chiles verdes Serranos
- 1/2 taza de aceite comestible.
- 1 diente de ajo.
- 1 cucharadita o 1 cubito de consomé de pollo granulado.
- 1 pizca de sal.
1/4 - 1 taza de agua.
PREPARACIÓN:
Asa la calabacita y los chiles en un sartén pequeño, hasta que se tatemen por todos lados y la calabacita quede suave.
Corta los rabos de los chiles y los extremos de la calabacita, y licúa junto con el aceite, ajo, consomé, sal y agua, hasta tener una salsa uniforme. (Empieza a licuar con solo 1/4 taza de agua y agrega más según lo espesa que la quieras.)
Disfruta en pasta, tacos o sobre carne de cerdo, res y pollo.
¿Por qué no es guacamole?
Las diferencias entre una salsa guacamole y una salsa de calabacita son las siguientes:
La salsa guacamole lleva trozos de aguacate machacados pero NUNCA licuados. (Que es por lo que muchos de nosotros pensábamos que era guacamole "licuado").
El guacamole lleva limón y trozos de cebolla y jitomate. (La salsa de calabacita, no).
El guacamole lleva cilantro. (La salsa de calabacita, no. Los puntitos verdes que se ven, son parte de la calabaza).
El guacamole lleva chile Serrano (sí), pero no va licuado y su consistencia y textura se tiene que apreciar en el paladar.
¡Ahora sí! La próxima vez que alguien te diga que esa salsita aguada de color verde es guacamole, tendrás todos los puntos para explicarle por qué no es éste y ayudarás a romper el mito.