Amamos los Tacos Charly, al sur de la Ciudad de México. Tenía mucho tiempo que no íbamos y decidimos que la próxima vez que pisáramos ese trono del suadero íbamos a hacerlo de una forma fuera de lo común. Nuestra apuesta de ensueño: lograr disfrutar una orden humeante y jugosa de la especialidad de la casa con chela artesanal.
Esto no podía ser perfecto sin una guía profesional que nos llevara de la mano por el mundo del maridajes de esta bebida con comida callejera que amamos de corazón, así que pedimos la ayuda de nuestro especialista en cerveza artesanal: Richie Castro. Nos armamos un paquete con tres cervezas distintas y decidimos probar y probar y probar. Ordenamos un plato con seis tacos al centro y empezamos. ¡Vaya manjar!
Elegimos los Charly porque están servidos generosamente con una buena dosis de carne que de inmediato se siente suave, tostada, en ocasiones hasta hay un recuerdo ligeramente dulce que, acompañado por las salsas (que por cierto incluyen una deliciosa que parece de chile guajillo) hace la experiencia memorable.
Primer round
Richie eligió una Strong Bitter, London’s Pride de la cervecería Inglesa Fuller´s. Está chela tiene presencia de malta que recuerda un poco de tostado, caramelo acompañada de un suave recuerdo como a mantequilla. También cuenta con un sutil aroma a lúpulo algo herbal y amargor medio muy agradable.
En conjunción con nuestros tacos fue una gran opción. No osbtante, éstos terminaron siendo de sabor más intenso. Pasaron por encima de la cerveza y aún así supieron mucho mejor que sí los hubiéramos acompañado de agua fresca o la cerveza industrial de siempre.
Segundo round
Lo hicimos con una Baltika #4: una cerveza de origen ruso el estilo una Roggenbier. Se trata de una de centeno oscura, un poquito especiada, con algo de caramelo y perfil frutal como plátano y mermelada. También tiene un cuerpo ligero y efervescencia media.
Al momento de combinar con el taco los sabores del alimento y la cerveza empatan muy bien. Se equilibran. De inicio resalta la malta de centeno y se potencializa con algo del dulzor. En segundo lugar aparece el carácter de la carne haciendo eco en el caramelo y dulzor. El sabor de la salsa se funde con las características de la cerveza y, por último, el corte de la grasa lo hace la carbonatación. Una variante que podría hacer una experiencia extraordinaria es maridar con una torta de suadero. Recuerda: el límite es el cielo
Tercer (y último) round
Nuestro experto en cheve nos recomendó una cerveza que podría parecer algo ligera para enfrentar las características del suadero. Fue una Dark Lager Checa de la cervecería Czechvar. Súper refrescante, con aromas y sabores que recuerdan a la malta tostada, corteza de pan, algo de caramelo, suaves frutos negros y nueces. Está soportada por un carácter herbal y fresco del lúpulo con un amargor amable y bajo.
Aquí el maridaje fue perfecto. Recomendamos ampliamente replicarlo. Pide el taco con una buena dosis de la salsa de guajillo y unas gotas de limón; el carácter tostado y caramelo de la carne va a hacer el vínculo perfecto con la cerveza y en conjunto del perfil del cilantro se engancha de las notas herbales del lúpulo. La cebolla hace eco con el dulzor de la cerveza, acompañándose deliciosamente. La expresión de la salsa hace su aparición recordando un nota ahumada que remarca las características de la malta. Para mitigar esta explosión de sabores recurre a la carbonatación. Ella limpia el paladar y nos prepara para continuar con la experiencia. Nuevamente, con esta cerveza queda bien una torta de suadero.
Ahora que sabes cómo acompañar tu orden, por favor (por favor) aplica lo que aprendiste hoy. Llevarás tu experiencia hasta el infinito.