El pavo, así como el lomo adobado, la pierna mechada y la ensalada de manzana son sabores específicos que nos remontan al fin de año. Se trata de recetas especiales, un tanto elaboradas, pero con un gran sabor que siempre nos dan la oportunidad de compartir en familia y agradecer, con una cena rica y abundante, por las oportunidades que trae este Año Nuevo.
Por esta razón, no podemos dejar de probar nuevas recetas y sabores, esmerarnos en que la mesa se vea linda y abundante, para atraer toda esa prosperidad en el año venidero.
En esta ocasión les compartiremos una receta simple, pero infalible, para preparar pavo ahumado enchilado, y es que el adobo es un condimento que agrega una explosión de sabor a todo lo que toque y es que esta combinación de muchos chiles es un condimento perfecto para darle ese saborcito mexicano a nuestros platillos. En esta receta en particular, se mezcla con el adobo y vuelve más jugoso el pavo y las papas con las que acompañaremos absorben todo el sabor y queda espectacular. Hasta querrás limpiar el plato con un pedazo de baguette para que no quede nada.
Nota: recuerda descongelar el pavo en el refrigerador al menos dos días antes de cocinarlo. También es importante limpiarlo con una toalla de papel cocina húmeda
Para comenzar la preparación, vamos a marinar el pavo con una mezcla de jugo de manzana, las hierbas (mejorana y tomillo) junto con el jugo de limón. Dejamos reposar al menos dos horas. Escurrimos, pero reservamos el líquido de la marinada.
Por otro lado vamos a poner a hervir un pocillo con agua y en él colocamos los chiles, la cebolla y el ajo. Retiramos en cuanto estén suaves. Dejamos enfriar y licuamos con la cucharada de pasta de achiote.
Ahora vamos a agregarle el aceite de oliva y un poco de sal y pimienta a la mezcla de chiles.
Untamos el pavo con esta mezcla, tanto por fuera como por dentro.
Lo colocamos en una pavera, colocamos las papas cambray enteras o en mitades al rededor y, vaciamos con el líquido de la marinada. Cubrimos con papel aluminio.
Horneamos por una hora a 200°C, después bajamos a 180°C y lo dejamos ahí de tres a cuatro horas, hasta que quede suave y tierno.