Cada 28 de agosto se celebra el Día del Abuelo. En realidad, deberíamos, si es que no lo hacemos, celebrar nuestras abuelas y nuestros abuelos todos los días. Personalmente no he tenido la fortuna de poder disfrutar de ninguno de mis abuelos en vida por lo que no dudo que ha de ser un momento extraordinario compartir esas platicas interminables y disfrutar de los manjares tradicionales que preparan las abuelas, por lo menos las que son amables y cocinan.
Hoy te propongo una idea sencilla y deliciosa si vas a invitar a tus abuelos a comer o a cenar en casa con esta receta del pollo gratinado con mozzarella y mermelada de higo. Es muy práctica ya que no necesitas de muchos ingredientes, es diferente y realmente tiene un sabor exquisito. Además, viene gratinada lo que le da un toque muy agradable tanto a la vista como al paladar.
Vamos a cortar las pechugas de pollo por la mitad para abrirlas y formar como unas milanesas. Si no quieres complicarte la vida, puedes pedirle a tu carnicero que lo haga por ti cuando vayas por el pollo. Sazonamos la carne de ambos lados y reservamos. Enseguida ponemos a derretir la mantequilla con el aceite de oliva en un sartén a fuego medio. Sellamos la milanesa de pollo por unos tres minutos de ambos lados y las retiramos del sartén.
Picamos la cebolla, agregamos un poco de aceite en el mismo sartén en el que la sofreímos por unos tres a cuatro minutos. Integramos la mermelada de higo y el vino blanco. Volvemos a colocar el pollo en el sartén, ajustamos la sazón y dejamos unos cinco minutos a fuego medio bajo.
Finalmente, transferimos todo a un refractario para horno previamente engrasado con un poco de mantequilla. Recubrimos el pollo con rodajas de queso mozzarella y horneamos, a 180ºC, por unos 15 a 18 minutos hasta que gratine bien. Servimos caliente y recién salido del horno.
Con qué acompañar el pollo gratinado con mozzarella y mermelada de higo
Tratándose de un platillo con sabores muy definidos, te recomiendo acompañar este pollo gratinado con mozzarella y mermelada de higo de un arroz natural o unas pastas, así como de unas verduras asadas. Podrás así disfrutar de la misma salsa. Un vino blanco seco bien frio será la mejor combinación con este platillo.
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