Las pechugas de pollo son uno de esos ingredientes y platillos que pueden ser súper sencillos y versátiles que se puede preparar de mil y un formas, como en milanesas o en fajitas pero nunca falla con su preparación más básica: las pechugas de pollo sencillas, así, tal cual a la plancha y con unas cuantas especias para darle un increíble sabor.
Nadie se salva de cocinar de vez en cuando una pechugita sencilla que nada le debe a otras preparaciones. Es ligera pero llenadora; es el comodín clásico para las dietas cuando alguien quiere bajar de peso o ganar masa muscular o tal vez sólo para esos días en los que no sabes qué cocinar y no tienes muchas ganas de invertir mucho tiempo.
A todos les gustan: a chicos, a grandes y a no tan chicos. Y es que tienen un sabor y una textura tan amigables que son ideales para cualquier momento. La ventaja es que puedes mezclarla con otros ingredientes para agregarle un poco más de sabor, que de todas formas no complica tanto la receta. Puedes agregarle limón, pimienta, sazonador, miel o cualquier especia que se te antoje.
Para comenzar a preparar nuestras pechugas sencillas vamos a tomar nuestra pechuga cruda y por un lado vamos a sazonar con un poco de pimienta negra y ajo en polvo.
Por otro lado, vamos a calentar un sartén a fuego medio con un poco de aceite de oliva. Una vez que esté un poco caliente, ponemos encima la pechuga con la cara que acabamos de sazonar viendo hacia abajo. Una vez hecho eso, sazonamos la otra cara.
Mientras se cuece la pechuga, vamos a exprimir el jugo de medio limón para que la absorba.
Dejamos que pasen 2-3 minutos y en cuanto la cara de abajo empiece a dorarse, le damos la vuelta. bajamos el fuego y dejamos cocinando otros 3 minutos más.
Retiramos del fuego y servimos. Puedes acompañarla con alguna ensalada, verduras al vapor con mantequilla, un poco de arroz, espagueti o lo que se te antoje.
