La mortadela de los embutidos más olvidados en las cocinas de México, y aunque a veces puede ser muy fácil confundirlo con el jamón por la presentación y color que tiene, se trata de un ingrediente bastante diferente a lo que estamos acostumbrados a incluir en nuestros menús diarios. No pasa nada, hoy es el día: te contaré cómo puedes disfrutar de este embutido con esta deliciosa receta de mortadela empanizada, que queda tal y como si fuera una milanesa. Es muy fácil y rápida de hacer, la puedes preparar cualquier día de la semana y, te aseguro, que a los niños les encantará.
Y si te preguntas ¿qué es la mortadela? Pues te contamos rápido: es un embutido italiano preparado a partir de carne de res sin tendones, tocino y/o lomo de cerdo, todo triturado y mezclado con sal refinada, ajo en polvo, azúcar y en algunas ocasiones tienen pistaches y nuez moscada, que se une como todos los embutidos y algunos productores suelen ahumarla, de ahí el sabor tan peculiar que tiene.
Este es un producto muy popular en la gastronomía italiana, además de que está protegido con Denominación de Origen por la Unión Europea. Por ello, su preparación cuenta con un control de calidad específico; únicamente se utiliza carne magra. También existe la mortadela de pato, poco conocida, pero que es una de las más consumidas en la región de la Toscana.
La mortadela se puede preparar de muchas formas, pero una de las más sencillas y populares entre las mamás mexicanas es esta receta de mortadela empanizada. Anímate a probarla en uno de esos días en los que no tienes mucho tiempo para dedicar a la cocina, te aseguro que te va a dejar con el ojo cuadrado.
En un tazón amplio añadimos los huevos con una pizca de sal y media cucharada de pimienta, después batimos para integrar todo.
Por otro lado, ponemos un plato extendido con el pan molido.
Pasamos las mortadelas por el huevo, rebanada por rebanada, y las sumergimos bien. Posteriormente, las pasamos sobre el pan molido y cuidamos que queden bien cubiertas.
Colocamos un sartén amplio y ponemos a calentar con un poco de aceite.
Freímos las mortadelas y las dejamos dorar ligeramente por ambos lados. Las retiramos del fuego y pasamos por una toalla de papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Sirve con un poco de ensalada y puré de papa. ¡A disfrutar!