¿Alguna vez has probado el pan pita o pan árabe? Se trata de un pan plano, sin miga, muy ligero y perfecto para acompañar con hummus o cualquier otro relleno sabroso. Una vez que aprendas a hacerlo, no vas a volver a comprar el de supermercado.
El pan pita es un pan plano típico de la cocina de oriente medio. Se caracteriza por no poseer miga y por tener un interior hueco, por lo que lo puedes rellenar con lo que quieras: falafel, verduras asadas, tiras de carne asadas o lo que se te antoje. Seguro lo has comido alguna vez en un restaurante de comida árabe, pero te vas a ir para atrás cuando descubras lo fácil que es de prepararlo en casa.
Además, te vamos a compartir dos formas en las que puedes utilizar tu pan pita casero para acompañarlo con un par de recetas tradicionales: relleno de kebab y de falafel.
En un recipiente hondo y amplio introducimos el agua, es mejor si la servimos tibia. Agregamos a ese mismo bowl la levadura fresca, la harina integral, el azúcar y la sal. Mezclamos bien todo antes de incorporar la harina de trigo normal.
Revolvemos dentro del recipiente hasta que los ingredientes comiencen a apelmasarse (en ese momento ya no se podrá seguir revolviendo). Tomamos la masa, la colocamos en una superficie plana y la amasamos durante 10 minutos.
Una vez que hayamos amasado bien, la masa deberá haber adquirido una consistencia elástica, homogénea y ligeramente pegajosa. Idealmente, debería de ser lo suficientemente manejable, pero en caso de no serlo, puedes espolvorear un poco más de harina y seguir amasando hasta que adquiera la textura adecuada. Tapamos nuestra masa con un trapo y dejamos reposar durante una hora para que se infle.
En cuanto haya transcurrido el tiempo de reposo, la masa debió haber crecido ligeramente. Tomamos nuestra masa y la dividimos en seis porciones del mismo tamaño y hacemos una bolita con cada una de ellas.
Espolvoreamos un poco de harina sobre una superficie y estiramos cada porción con ayuda de un rodillo, hasta que quede una especie de tortilla. Repetimos el proceso y colocamos cada una sobre un cuadrado de papel encerado para horno.
Juntamos todas nuestras 'tortillas' y las cubrimos de nuevo con un trapo. Las dejamos reposar por otros 30 minutos.
Mientras tanto, comenzamos a precalentar el horno a la capacidad máxima. Es muy importante que el horno esté muy caliente, recomendamos que esté a 280°C aproximadamente.
Después de los 30 minutos de espera, horneamos los panes de dos en dos, con sus respectivos papeles para hornear sobre una bandeja. Los dejamos únicamente de dos a tres minutos en el horno (en caso de que tu horno alcance menor temperatura, tendrán que quedarse más tiempo dentro)
Te darás cuenta de que tus panes están listos porque se llenarán de aire caliente y comenzarán a hincharse. Al retirarlos del horno, procura envolverlos en un trapo hasta el momento en que vayan a consumirse, para que se mantengan suaves.
Ahora, te compartiremos dos recetas para que puedas sacarle el mayor provecho a tu pan pita casero y recién horneado.
Pan pita: kebab con pollo
Ingredientes
- 1 pollo
- 1/2 cucharada de pimienta
- 1 cucharada de orégano
- 1 cucharada de jengibre en polvo
- 1 pellizco de sal
- Zumo de un limón
- 1/2 lechuga
- Ajo
- 1 cebolla
- 1 jitomate
Preparación:
Hervimos el pollo en una olla grande, lo dejamos hervir con una mezcla de las especias, un chorrito de aceite de oliva, un poco de ajo y el jugo de limón. Lo dejamos a fuego lento y retiramos en una hora, aproximadamente.
Cuando el pollo esté listo, lo desmenuzamos y ponemos en un bowl. Lo mezclamos con la lechuga, jitomate y cebolla cortados en julianas. Si te gusta el picante, puedes agregar un poco de salsa Siracha.
Cortamos nuestro por un borde para que quede una especie de gordita y rellenamos con el pollo.
Pan pita relleno de falafel
Ingredientes
- 200 grs. de garbanzo
- 1 zanahoria grande
- 2 ajos
- 1 cebolla grande
- 1 cdta. de levadura
- 1 cdta. de sal
- 1/2 cdta. de comino en polvo
- 1 cdta. de pimienta recién molida
- 1 cdta. de pimentón
- 1/2 taza de pereji
- Harina de maíz
- Aceite
Preparación:
Dejamos en remojo los garbanzos por al menos un día. Pasado el tiempo, escúrrelos perfectamente bien por un colador. Picamos la zanahoria, los ajos, la cebolla y el perejil.
Con ayuda de un procesador de comida (o en su caso, una licuadora) molemos bien los garbanzos con el resto de los ingredientes que acabamos de picar. Dejamos reposar una hora y media, para que la proteína de los garbanzos se active adecuadamente.
Una vez pasado el tiempo de reposo, formamos una especie de croquetas y las pasamos por harina. Las freímos con suficiente aceite (procura que esté bien caliente)
Rellenamos nuestro pan pita con las croquetitas. Puedes acompañarlas con lechuga, espinaca, betabel rallado, cebolla morada y jitomates cherry y, como a nosotros nos encanta: con hummus y tahini.