En diversas etapas de la historia, las personas han consumido cerveza (hace 13 mil años según los registros que se tienen), así como diferentes bebidas y han hecho uso de diversos recipientes para beber, desde jarras, tazas, copas, etcétera. Antes del siglo XIX los recipientes eran de diferentes materiales como de estómago de animales, jarras de arcilla o piel, que impedían percibirás características visuales. Pero esto cambió a inicios de 1800 gracias a las nuevas técnicas de fabricación, que favorecieron que la cristalería fuera mucho más accesible, hecho que ayudó a transformar la cerveza ya que la apariencia de ésta se volvió un indicador de calidad.
La importancia de los vasos
La existencia de diferentes vasos obedece no sólo a las tradiciones históricas y culturales, también tienen un impacto estético en la cerveza así como en la apreciación de la misma. Las formas, tamaños y material producen un efecto en la percepción: tamaño de la espuma, sabor, aroma, color, carbonatación y claridad de la cerveza.
Características que deben de tener:
Para el servicio de la cerveza se deben de tomar en cuenta dos factores principales: la forma y el tamaño del vaso.
Tamaño: es relevante porque va de la mano con la graduación alcohólica de la cerveza. Cervezas del diario o bajo contenido alcohólico, usualmente se sirven en vasos con capacidad de mayor volumen (500 ml.), en el caso de cervezas de alta graduación se recomienda hacer uso de vasos más pequeños entre 4 a 8 onzas (118 a 237 ml. respectivamente).
La forma del vaso: ayuda a alojar la espuma de la cerveza, característica esencial que optimiza la percepción.
Más que un vaso, una tradición
Otro factor a considerar para el servicio de la cerveza, es la tradición. En la cultura cervecera existen diferentes vasos y muchos de ellos coinciden con el estilo. En otros países como Bélgica y Alemania es una costumbre muy arraigada el hacer el servicio con a cristalería adecuada para cada estilo.
A continuación les comparto una lista con algunos vasos, así como la recomendación del tipo de cerveza correspondiente:
- Pinta Nonick: Se recomienda para cervezas ligeras o de “sesión”. Estilos ingleses e irlandeses.
- Vaso Shaker: No fue diseñado para el servicio de la cerveza, sin embargo en los años ochenta fue adoptado para la cerveza artesanal. Se recomienda cualquier estilo americano tomando en cuenta que la graduación alcohólica no sea muy alta.
- Willi Becher: Se recomienda para la mayoría de las Lager Europeas.
- Vaso Weizen: Se recomienda para cervezas de trigo (Weizen), tiene el espacio para la espuma que suele ser bastante abundante.
- Mass o Seidel: Este tipo de tarro suele tener capacidad de 0.5 a 1 litro, se asocia al Oktoberfest, se recomienda para cualquier cerveza lager menor a 6% ABV.
- Snifter: Este tipo de copa se recomienda para cervezas de alta graduación alcohólica como: Barleywines, Imperial Stout, Eisbock, cervezas añejadas en barrica, etc.
Estos son algunos de los vasos que podemos encontrar, pero existe una variedad muy amplia. Si no cuentas con los específicos para cada estilo no pasa nada, también puedes disfrutar de la cerveza en una copa para vino.
Es recomendable siempre hacer el servicio en algún tarro, vaso o copa y no beber directamente del envase, esta acción evitará tener la experiencia adecuada ya que para poder percibir las características se necesita tanto del sentido el olfato como del gusto y la botella o lata por la pequeña abertura que tienen no nos permitirán apreciar correctamente la cerveza.