Sus flores son capaces de transformar cualquier rincón con sus colores vibrantes y formas delicadas. Las plantas como las lavandas, peonías o margaritas no solo nos regalan su hermosura visual, sino que también nos invitan a apreciar los pequeños momentos de la naturaleza.
Adelfa
La primera propuesta es la adelfa, un arbusto mediterráneo que es fácil de cuidar y que además, es resistente al frío. El único punto negativo es que es una planta tóxica, por lo que hay que tener cuidado si tienes mascotas o niños pequeños en casa.
Rododendro
El rododendro es otra planta perfecta para los meses de frío. En invierno permanece verde, y además, es una de las primeras plantas que florecen al comenzar el año, ya que echa sus flores en enero y febrero.
El único consejo para que florezca es plantarla en un lugar protegido de heladas, o cubrir el arbusto con una manta térmica que lo proteja.
Brezo
Otra opción es el brezo, una planta perennne con una gran floración otoñal que cuenta con una gran resistencia al frío. En interiores también es una planta muy decorativa, aunque en este caso, hay que evitar tenerla en estancias con temperaturas altas para que no se sequen sus flores.
Durillo
Por último, el durillo, o Viburnum tinus, es una planta súper resistente. De hecho, llega a soportar temperaturas de hasta 15 grados bajo cero. Tampoco tiene grandes necesidades de riego o de luz.
Además, florece en los meses fríos del año con unas preciosas florecillas blancas que llenarán de luminosidad las zonas de exterior pese a los cielos grises y nubosos de invierno.
Black-Eyed Susan
El Black-Eyed Susan, o Rudbeckia Bicolor, es una planta herbácea perenne con unas espectaculares flores que recuerdan un poco a las margaritas y que nacen en verano y en otoño, llenando de color nuestras zonas de exterior.
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