Cómo hacer un fertilizante casero con ingredientes que tienes en tu cocina y que servirá a tus flores y frutas

He de confesarte que como buena cocinera amateur, sé que lo que le da a mis preparaciones un toque completamente delicioso, casero y nos deja vivir un poco la fantasía culinaria internacional, es agregar ingredientes frescos y recién cortados de mi huerto. ¡Verdaderamente me encanta! Así que te voy a dar una receta de cómo hacer un fertilizante casero con ingredientes que tienes en tu cocina.

Este menjurje, como lo llamaba mi abuelita, es infalible y de lo mejor para darle cariño, mantenimiento y a nuestras flores y frutas, además de no afectar nuestra economía. Es muy fácil cuidar de nuestro huerto orgánico con ingredientes de cocina que tenemos por ahí, o que nos sobran de las preparaciones del día a día. Así será dos por uno y empezarás a implementar tu ciclo para evitar residuos y aprovecharlos en tu huerto.

Estás en el lugar adecuado porque por tips para cuidar plantas huertos y flores, aquí no reparamos. Así que ve por pluma y papel porque seguro vas a salir con uno que otro tip que seguro no conocías.

Lo que sí y lo que no debes de hacer con tus plantas y tu huerto

Empieza por separar o clasificar; es decir, lo que requiera una exposición de sol con las de sol, las de sombra en su área correspondiente, y lo campechano en un punto medio. Procura que todas estén juntas, pero en clasificaciones o tipos así será más fácil tener un calendario o rutina de cada cuánto les toca mantenimiento.

No te olvides de los hoyos de drenaje; de lo contrario es muy seguro que se te encharquen por exceso de riego, se pudran las raíces y sea bastante complejo recuperar la planta.
No le tengas miedo a podar, aunque suene irónico, podar hará que las vitaminas y minerales se dispersen hacia la parte superior de la flor, o cosecha que tengas, esto hará que de lugar a nuevas hojas, frutas o verduras. Por ejemplo, si tienes una planta de tomate o jitomate en crecimiento, retira las hojas que están más próximas a la tierra para que la fuerza no se quede concentrada ahí.

Coloca algunos cerillos boca abajo en tu sustrato; si lo que quieres es no gastar en vitaminas, fertilizantes y otras cosas porque no tienes el tiempo o los ingredientes necesarios, solo coloca la parte flamable dentro de la tierra y de forma espaciada. Procura que no esté en contacto con las raíces para no quemarlas. El fósforo que tiene el cerillo se irá disolviendo en la tierra y le aportará fuerza para que crezca más saludable.
Esta es una que todos se saben: agrega cáscaras de huevo a la tierra, pero no solo avientes los cascarones, las plantas y la naturaleza son muy sabias, pero si dejas entero el cascarón lo único que pasará es que no llegarán los nutrientes como debe de ser y tomará mucho más tiempo. Mejor pon a secar el cascarón y cuando esté completamente seco, llévalos a un procesador de comida, licuadora y hasta un mortero para pulverizarlos y que queden lo más fino posible para después agregarlo a las plantas.

No olvides de ir moviendo la tierra de vez en cuando, esto permitirá que las raíces puedan respirar, extenderse y así podemos ir agregando nuestro carbonato de calcio pulverizado del cascarón de huevo.
Otro clásico es agregar granos de café molido, sí del que sobra de tu cafetera, de la olla que pusiste a hervir, debe de ser molido. Pero no solo lo escurras y lo agregues a la tierra, debes dejarlo secar porque si lo incorporas húmedo puede empezar a crear una capa superior que atraerá mosquitos o generará una capa ligera de moho.

Por último, no olvides de vez en cuando -como todo lo anterior, no lo vayas a plicar todos los días- una vez al mes o mes y medio agregar a la tierra un poquito de canela en polvo y verás cómo ahuyentas las plagas y crecen muchísimo más sanas las hojas.
Recuerda siempre evitar el contacto con la raíz, darles espacio entre remedio y remedio, dejarlas respirar, moverles la tierra y tener mucha paciencia.