Cómo hacer caldo de oso, una botana deliciosa y completamente refrescante

Comer fruta en botana es lo mejor que nos pudo pasar a los chicos y grandes, es rápido, nutritivo y refrescante. Particularmente las botanas así me recuerdan a los días de vacaciones en los que preparábamos cualquier cosa para quitarnos la sed. El caldo de oso es la mejor opción que van a encontrar para botanear esta temporada de calor.

No se apuren, este caldo en verdad no lleva carne de oso ni siquiera en gomitas, aunque no descartaría la idea de incorporar las gomitas a la receta porque combinarán con cualquier fruta.

Qué es el caldo de oso

Es un caldo sin ser caldo, porque aunque sí tiene jugo, no es para nada lo que te imaginas. Esta receta es como un cóctel de frutas rápido, práctico y con muchos beneficios. El “caldo de oso”no es otra cosa que frutas con vinagre, cebolla, chile y el ingrediente estrella: queso rallado, aunque nunca nada es estricto respecto a los ingredientes que lleva.

Cuál es el origen del caldo de oso

El caldo de oso es originario y extremadamente popular en Guanajuato. A esta botana se le dio ese nombre particular como un mero juego de palabras por ser un alimento caldoso, y para identificar la botana rápidamente se le bautizó como Caldo de Oso.

Propiedades nutricionales del caldo de oso

La base de esta botana es la jícama que cuando se ralla es muy jugosa y caldosa, a ello se le incorpora vinagre de piña, aunque también se puede sustituir por vinagre de manzana o cualquier elemento ácido como el limón. Ahora bien, la jícama es un tubérculo que posee grandes propiedades.

La jícama contiene de 86 a 90% de agua, vitamina C, calcio, fósforo, potasio, hierro, así como proteína y de lípidos. De acuerdo con el Fideicomiso de Riesgo Compartido, el sabor dulce de la jícama proviene de la oligo-fructosa, que no lo metaboliza el organismo humano y resulta ideal para consumo de los diabéticos.