Tienes que podar tus rosales en septiembre, expertos dicen cómo y el porqué

Nicole Galván

Editor

Periodista freelance. Catadora no oficial de café de olla en jarros y papas en todas sus presentaciones. Fanática de expresar mi love language a través de la comida y del clericot, lectora del true crime, madrina de 6 gatos y amante de cantar mientras cocino. Escribo para Directo al Paladar México.

La mejor forma de tener rosas en tu casa siempre es teniendo tu propio rosal, porque aunque tenemos formas de mantener tus rosas en florero por mucho tiempo, no hay como voltear a tu rosal y verlo tupido de flores. Para eso tienes que podar tus rosales en septiembre.

Expertos en jardinería dicen cómo podar tus rosales y porqué específicamente en septiembre.

Por qué es importante podar tu rosal

Porque es una de las mejores formas de estimular su futura floración. Con los cortes de las ramas se promueve la formación de nuevos brotes florales. También, la poda fortalece la estructura de la planta y ayuda a mantener una forma equilibrada en su conjunto. Es así como, con el paso del tiempo, se logran ramas robustas y fuertes con capacidad para soportar el peso de la belleza de sus flores.

Hay dos temporadas específicas para la poda; la primera es terminando el invierno y luego la menos conocida es la que debe hacerse después del verano y que es fundamental para preparar bien al rosal para pasar el invierno.

Si tus rosales tienen más años contigo, lo mejor es que los podes después de florecer. Cuando cortes rosas, primero corta las partes muertas, eso te ayudará a ver la forma del rosal.

Cómo podar tu rosal

Antes de empezar, es importante que afiles tus herramientas y, además, las limpies con un algodón remojado con alcohol para desinfectarlas. Y, al finalizar, aplica un desengrasante para evitar la oxidación.

  1. Corta siempre los tallos en un ángulo de 45 grados justo por encima de un brote orientado hacia el exterior. Esto animará a la planta a crecer hacia fuera, en lugar de hacia dentro.

  2. Retira los tallos muertos, enfermos dañados por efecto de la congelación. Notarás que no están sanos porque tienen marcas de color marrón.

  3. Retira las ramas en mal estado, secas o no den flores y las que estén secas.

  4. Quita todas las rosas marchitas para propiciar la nueva floración.

  5. Elimina los chupones. Estos se reconocen por su color verde claro y porque tienen muchas espinas. Brotan de la base por debajo del punto de injerto. Los chupones compiten por los nutrientes esenciales y pueden hacer que el rosal se marchite. Córtalos lo más cerca posible del punto de origen. Los podrás distinguir por las marcas marrones en su interior y por la pérdida de elasticidad.

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