5 plantas trepadoras que son hermosas y muy resistentes, ideales para tapar paredes feas

Laura Ceballos

Editora en Jefe

Le encantan las historias cuyo personaje principal es la comida. Ha colaborado como content manager y editora en marcas como Grupo Imagen, Canasta Rosa, Olé Interactive y Clarins. Tiene un proyecto en redes llamado @foodiecuriosa en donde cocina y narra.

No hace tantos años, la gente disfrutaba de sus jardines y terrazas tan solo durante los meses de verano. En cuanto llegaba el final de septiembre, se replegaban los muebles y las zonas de exterior entraban en un letargo que no solo afectaba a las plantas.

Ahora, la situación ha cambiado por muchos motivos. Desde la pandemia, y a raíz de que ya no tenemos los inviernos tan duros de antes y el calor se extiende en otoño y se anticipa en primavera, las zonas de exterior se siguen disfrutando durante la mayor parte del año.

Eso nos lleva a buscar plantas que estén bonitas todo el año, y que soporten tanto el calor, como los meses de bajas temperaturas. Y las plantas trepadoras perennes son una estupenda opción para conseguir este fin. Porque además de dar el toque natural a nuestras zonas de exterior, nos ayudan a tapar paredes feas o con desconchones.

Jazmín de invierno

El jazmín de invierno es una especie trepadora que florece en invierno, justo cuando la mayor parte de las plantas están en periodo de reposo. Es una planta resistente, y tiene unas preciosas flores de color amarillo. En el caso de esta variedad, estas flores no huelen tanto como las de otros tipos de jazmín.

Si cuenta con las condiciones adecuadas y puede trepar gracias a soportes o a enrejados, puede llegar a medir más de tres metros de altura. Para crecer de forma saludable necesita disfrutar de la luz solar (aunque también puede crecer en sombra parcial). También hay que mantener el sustrato ligeramente húmedo, porque no soporta ni la falta de agua ni el encharcamiento.

Clemátides

Las clemátides tienen una floración espectacular, son fáciles de cuidar, y pertenecen a un género con 500 variedades. Puede ser perennes y caducas, dependiendo de la especie y del clima en el que crezcan. Sus flores, pueden ser simples o dobles, grandes y pequeñas, y pueden ser de múltiples colores.

Florecen desde la primavera hasta finales del verano, y la planta puede tener entre 2 y 12 metros de altura si les proporcionamos una estructura para trepar. Necesitan vivir a pleno sol o en semisombra, aunque la base de la planta es mejor que esté a la sombra para mantener las raíces frescas. Necesitan riego regular, sobre todo cuando florecen en época de calor. Y que el suelo esté húmedo, pero nunca encharcado.

Madreselva

La mayor parte de las especies de madreselva son resistentes y fáciles de cuidar. Esta planta trepadora tiene flores tubulares y bayas rojas, anaranjadas o negras, dependiendo de la variedad. Las flores tienen un potente aroma, que huele especialmente al anochecer y durante la noche.

Esta planta puede crecer más de seis metros, dependiendo de la variedad y de las facilidades que tenga para crecer en altura. Hay especies perennes y caducas, dependiendo del clima. Y además, atraen polinizadores como mariposas y abejas, además de aves que se alimentan de las bayas.

Glicinia

La glicina también es conocida como wisteria. Y es muy famosa por los racimos de flores violetas que crecen en cascada. Florecen al llegar la primavera, y dependiendo del clima, pueden llegar a florecer también en verano. Es una planta de rápido crecimiento, y puede crecer entre 10 y 30 metros

Para florecer necesita sol abundante, aunque también puede crecer en semisombra. Le gustan los suelos húmedos y bien drenados, aunque tolera periodos de sequía una vez que la planta está establecida. Además, esta planta trepadora necesita ser podada de forma regular para potenciar su floración y controlar su rápido crecimiento.

Bugambilia

La bugambilia es una planta resistente capaz de desarrollarse en climas muy variadas. Permite ofrecer un aspecto espectacular gracias al color de sus brácteas en colores como el rosa, el rojo, el naranja, el violeta o el blanco, que rodean a las pequeñas flores blancas. Algunas variedades tienen espinas en el tallo para protegerse y trepar.

Pueden crecer hasta 12 metros. Y una vez que la planta está plenamente establecida, necesita mucho sol y puede soportar periodos de sequía. Necesita suelos drenados y soporta heladas leves. En caso de que vivas en un lugar frío, es mejor cultivarla en maceta para protegerla durante el invierno. Además, tal y como le sucede a la glicinia, hay que podarla de forma regular para controlar el tamaño y darle la forma deseada.

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