¿Se te antoja un postre internacional? Estos mochis de matcha se van a convertir en tus favoritos y los vas a querer hacer todo el tiempo; este un mochi clásico japonés que vas a poder preparar fácilmente, y te vas a enamorar de este con solo ver esa bolita esponjosa, verde y deliciosa, además se ve muy elegante.
Este platillo pareciera que es un bombón de colores, pero no lo es. Es un postre japonés muy especial, ya que se come en ocasiones muy importantes, tales como su festividad del Año Nuevo, pero gracias a amantes de la gastronomía de este país, cada vez más nos deleitamos con este tipo de recetas curiosas.
¿Cuál es su origen?
Este postre es tradicional de Japón desde hace miles de años. La primera vez que se tiene registro escrito de este postre es en una novela clásica del siglo XII de la literatura japonesa titulada Gengi Monogatari, aquí se habla del mochi como una ofrenda a sus antiguos dioses. Algo así como lo que vendría siendo el pulque para los dioses aztecas aquí en México, y como era de esperarse; la importancia de este dulce se transmitió de generación en generación y comenzó a popularizarse su consumo solo en fechas relevantes como el año nuevo japonés o eventos familiares destacados.
Su consumo es especialmente preferente en la fiesta del Año Nuevo japonés debido a la ceremonia del Mochitsuki, esta ceremonia consiste la preparación de este postre, tradicionalmente se elabora sobre todo en familia debido a que requiere de más de una persona para su elaboración no solo por el tiempo de espera, sino por algunas partes del procedimiento. Este mochi se prepara con arroz glutinoso entero hervido y debe estar previamente remojado durante un día completo, y posteriormente machacado con un kine (mazo de madera) en un usu (mortero tradicional).
Pero eso no es todo, una persona se encargará de golpear la masa con movimientos repetitivos y fuertes, y la otra será la responsable de girar la masa para que reciba la misma cantidad de golpes por todos los lados. Deben coordinarse perfectamente para que los granos de arroz se vuelvan una masa elástica y pegajosa perfecta, por eso es un ritual tan significativo en las familias japonesas.
Ingredientes
- Avellanas naturales 1 taza
- Aceite de coco 1 cucharada
- Miel de agave 2 cucharadas
- Matcha en polvo 2 cucharadas
- Leche de almendra 1/4 de taza
- Para la masa
- Harina de arroz aglutinante 250 g
- Azúcar 180 g
- Agua cantidad suficiente
- Maicena 180 g
Cómo hacer mochis de matcha
- Tiempo total 40 m
- Elaboración 40 m
- Reposo 6 h
Para nuestro relleno de matcha
En una charola con aluminio de base, esparce tus avellanas frescas y hornéalas por diez minutos a 175°C. Después de los diez minutos retíralas del fuego y deja enfriar un rato.
Lleva la taza de avellanas a un procesador de alimentos y muele hasta que quede una masita muy fina.
En tu mismo procesador agrega 1/4 de taza de leche de almendras, dos cucharadas de matcha, dos cucharadas de miel de agave y una cucharada de aceite de coco sólido extravirgen. Tapa el procesador y sigue moliendo hasta que todo quede integrado en una pasta sólida.
Listo, ya tenemos matcha untable y deliciosa, pero si quieres que quede como una especie de mousse puedes sustituir el aceite de coco por cuatro gramos de grenetina diluida con leche de almendras y dejar refrigerar por tres horas.
Para la masa del mochi
Como nosotros no tenemos un usu y un kine, vamos a emplear una harina de arroz aglutinante para que la preparación de nuestro mochi sea más rápida.
Mientras nuestro relleno cuaja empezaremos a preparar la masa del postre. En un tazón mezcla la harina y 80 gramos de azúcar previamente cernidos, y agrega un vaso de agua.
Tapa tu tazón con plástico film y mételo al microondas por 2 minutos. Después mueve la mezcla y caliéntala por dos minutos más, luego vuelve a batir la masa rápidamente.
Cuando notes que adquiere un color traslúcido y brilloso, nuestra masa está lista.
En una mesa o superficie grande limpia y seca, esparce un poco de maicena, también cubre tus manos con ella. Retira la masita del mochi del tazón con mucho cuidado porque estará caliente y llévala a la superficie con maicena, espolvorea un poco más sobre la mezcla y comienza a amasar para que todo quede bien cubierto. Debe de dejar de sentirse pegajoso.
Agrega la maicena que sea necesaria mientras amasas y aplanas la mezcla. El grosor no debe ser mucho, debe de quedar algo muy fino, pero lo suficientemente resistente. Si lo deseas, ayúdate con un rodillo.
Una vez que esté aplanada la masa, córtala en 12 cuadritos de la misma proporción. Retira el exceso de maicena, coloca en una charola con papel film o papel encerado, luego refrigera durante media hora o hasta que se enfríen.
Una vez que el mousse esté listo y la masa de mochi esté fría, con una cucharita coloca el relleno en el cuadrito y ciérralo en forma de bolita o rectángulo. Puedes sellar las puntas con unas gotitas de agua y más maicena.
Envuélvelos en más papel film o encerado y llévalos a refrigerar durante hora y media o hasta que estén firmes.
Pasado el tiempo de reposo puedes sacarlos del refrigerador y compartir con quien tú desees. Esta receta es increíblemente fácil, lo único difícil será la espera.
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