Hospédate en un vochito convertido en casa rodante en una hermosa ciudad al sureste de México

Laura Ceballos

Editora en Jefe

Le encantan las historias cuyo personaje principal es la comida. Ha colaborado como content manager y editora en marcas como Grupo Imagen, Canasta Rosa, Olé Interactive y Clarins. Tiene un proyecto en redes llamado @foodiecuriosa en donde cocina y narra.

Encontramos un alojamiento muy divertido al sureste de México en donde se mezcla la nostalgia por los "vochitos" (auto Volkswagen Type 1), que siempre estarán en el corazón de los mexicanos, y una maravillosa ciudad del estado de Yucatán.

Es un hotel ecológico que, según un anuncio de AirBnb, une la creatividad y la sostenibilidad para ofrecer una experiencia única en donde vochos y combis funcionan como habitaciones, hay una casa del árbol y hasta un avión.

También hay un restaurante-bar, alberca, internet, área de fogata, baños privados con agua caliente, áreas verdes, espacio para fogatas y área de estacionamiento y seguridad.

Dentro de las actividades se pueden realizar tours para explorar la zona y también hacer uso de bicicletas y motos.

¿En dónde se encuentra este hotel?

Está ubicado a 10 minutos del centro de Valladolid y a 250 metros de un cenote. Para llegar, una vía es tomar un taxi desde el centro de Valladolid hasta el campamento, a solo 8 minutos de distancia. En el escenario de llegar en auto, solo es necesario buscar el lugar en Google Maps como "Vocho Hotel".

En cuanto las reseñas, Vocho Hotel cuenta con 4.91 estrellas en AirBnB, plataforma para reservar estancias de corto plazo, y 65 comentarios en los que algunos huéspedes han compartido sobre su experiencia.

Por ejemplo, Marylin comenta:

Excelente experiencia. Ramón, su pareja y el chef los mejores anfitriones! Lo recomiendo ampliamente, seguro vuelvo!

Miguel también expresó:

Excelentes anfitriones, super amables, atentos, con excelentes sugerencias, los vochos muy bien arreglados, cómodas, las instalaciones limpias y cómodos, desayunos preparado en su momento, fresco y muy rico. Mil gracias de nuevo y vale la pena la visita.

¿Qué hacer en Valladolid?

Iglesia de San Servacio

La Iglesia de San Servacio fue mandada construir por el padre Francisco Hernández el 24 de marzo de 1545. Después de ser demolida en 1705 por orden del obispo don Pedro de los Reyes Ríos debido a su profanación en el "Crimen de los Alcaldes", fue reconstruida en 1706 con una nueva orientación para evitar repetir el agravio. Su fachada presenta un escudo labrado en piedra con arabescos, una corona real y un cordón franciscano, destacando en el centro un águila y una palma, elementos característicos de las iglesias franciscanas. La iglesia cuenta con dos torres cuadradas de tres cuerpos y una caseta del reloj en la parte superior, el único reloj público de la ciudad, que exhibe cañones utilizados para recuperar la ciudad en 1848 durante la Guerra de Castas.

Convento de San Bernardino de Siena

Este majestuoso convento, inicialmente llamado de San Francisco, fue construido por la Orden de los Franciscanos. En su puerta principal se encuentra el escudo de la orden, junto a la inscripción "MDLX", que indica su finalización en 1560. La fachada se caracteriza por un largo corredor de arcos y paredes de más de 50 centímetros de ancho, además de una entrada de piedra labrada. En el nicho superior del tabernáculo hay una imagen de la Virgen de Guadalupe, y en su interior destaca un impresionante retablo de madera tallado con motivos arabescos, junto al altar mayor y las imágenes de Santa Teresa de Jesús y la Virgen Dolorosa.

Cenotes Xkekén y Samulá

A solo dos kilómetros de Valladolid se encuentran los cenotes Dzitnup, también conocidos como La Cueva Azul. Este cenote es iluminado por la luz que entra a través de una abertura en su bóveda, creando un reflejo impresionante en el agua. La entrada es estrecha, pero el descenso por las escalinatas bien labradas lleva a un salón subterráneo donde se puede nadar. Originalmente llamado Xkekén, que significa "cerdo" en maya, su descubrimiento se debió a un campesino que buscaba a su cerdito perdido. El Cenote de Samulá, ubicado frente al de Xkekén, presenta aguas cristalinas y un ambiente mágico, con raíces de árboles que cuelgan hacia el agua.

Palacio Municipal

El Palacio Municipal, originalmente un edificio de una sola planta con muros gruesos construidos a cal y canto, fue renovado y finalizado en 1864. En su patio interior se encuentra un escenario histórico donde fueron fusilados alcaldes heridos en la iglesia parroquial. Este inmueble es considerado una joya arquitectónica, destacando por su arquería, columnas de piedra labrada y balcones coloniales. En el corredor principal, los visitantes pueden admirar cuatro murales del pintor yucateco Manuel Lizama, que representan distintas etapas de la historia de Valladolid, desde la Conquista hasta la Revolución Mexicana.

Cenote Zací

El Cenote Zací es una caverna parcialmente colapsada de aproximadamente 45 metros de diámetro, con estalactitas formadas por los minerales del agua. Su profundidad varía entre 25 y 30 metros en sus partes bajas y puede superar los 100 metros en las zonas más profundas. Antiguamente, servía como fuente de agua para la población, y hoy en día funciona como restaurante y alberca natural, ofreciendo un espacio para relajarse y disfrutar de la naturaleza.

Artesanías y Gastronomía

Valladolid es un lugar ideal para adquirir artesanías de piel, henequén, hamacas y tallados de piedra. Además, cuenta con numerosos restaurantes donde se puede degustar la deliciosa gastronomía local, con especialidades como escabeche oriental, pavo sak-kol, longaniza ahumada y los tradicionales lomitos. Cada platillo es una muestra viva del rico sabor de la cultura vallisoletana.

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