Esta es la panadería más antigua de la CDMX y que ha sobrevivido al paso del tiempo: tiene más de 150 años y se encuentra en el centro

En CDMX existen distintos establecimientos de comida que han logrado permanecer firme a su tradición a lo largo de los años y que ya forman parte de la historia nacional. Conoce cuál es la panadería más antigua de la ciudad y que ha sobrevivido al paso del tiempo: tiene más de 150 años y se encuentra en el centro.

Este recinto ya es un tempo consolidado para los amantes del pan en todas sus formas y sabores, ya que a lo largo de sus décadas se ha enfocado en endulzar la vida de generaciones completas de chilangos.

Cuál es la panadería más antigua de la ciudad y que ha sobrevivido al paso del tiempo

Considerada como la panadería más antigua de la ciudad, La Vasconia, se esquina de Tacuba 73 y Palma, en pleno Centro Histórico, la cual, fue fundada 1870 y se autodenomina como la “primer panadería en CDMX”.

Instaurada por Marcelino Zugarramurdi, un migrante español originario del País Vasco, establecimiento no solo ha mantenido viva la tradición panadera, sino que ha evolucionado con el tiempo con las tendencias que surgen, y convirtiéndose también en rosticería y lonchería.

Desde sus inicios, este icónico establecimiento ha sido testigo de incontables historias desde tiempos de Benito Juárez, el Porfiriato, la Revolución Mexicana y el devastador sismo de 1985 y 2017, así como transformaciones urbanas y, sobre todo, de la evolución del paladar mexicano.

Sus paredes, impregnadas del aroma inconfundible del pan recién horneado, guardan secretos de recetas ancestrales transmitidas de generación en generación. Si nunca has entrado, en este local es como un viaje en el tiempo.

En sus inicios, La Vasconia ofrecía únicamente pan blanco y una limitada variedad de pan dulce. En ese tiempo, los clientes no recorrían los pasillos con charola en mano como ahora; solo pedían en el mostrador lo que necesitaban.

A pesar del avance de la industrialización y la proliferación de nuevas panaderías, este negocio familiar ha sabido mantener su esencia, aferrándose a la calidad de sus ingredientes y a la autenticidad de sus recetas.

Sin embargo, con el paso de los años, el local se amplió, se añadieron estantes, áreas de producción y una zona de comida, convirtiéndose en un lugar donde se puede disfrutar de pan dulce, salado, postres y pasteles en un mismo sitio.

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