La bolsa de papas de cinco kilos tenían un precio más que atractivo. Resultado: si te agobian las patatas sin saber qué hacer con ellas y, al cabo de un rato, algunas han empezado a brotar. Las tiramos, las cocinamos, ¿qué hacer con estas papas germinadas? Te lo contamos todo.
Si han brotado recientemente y las papas aún están firmes, puedes comerlas sin ningún riesgo para tu salud. Simplemente elimine los gérmenes en cuestión con un cuchillo. Nada más fácil.
En cambio, si los brotes parecen más raíces que pequeños bulbos, metemos la mano para cortar que las papas queden todas marchitas y blandas. Más allá de un riesgo potencial para la salud (hola diarrea y otros problemas digestivos), no serán nada buenos, así que no los comas. Por otro lado, puedes reciclarlas en productos de limpieza para el hogar. Encontrarás en Internet muchas recetas y consejos para utilizar las papas germinadas como quitamanchas o blanqueador.
Ni demasiado caliente ni demasiado fría ni demasiado brillante: la papa es tan complicada como ricitos de oro
El pequeño truco para que no germinen demasiado rápido es mantenerlas en un lugar seco y oscuro, pero no demasiado fresco. Un sótano o un garaje son perfectos para esto. Y si realmente hace demasiado calor en casa, no caigas en la tentación de meterlas en el refrigerador. Eso sería dispararte en el pie.
Coloca una manzana, que retarda la maduración de frutas y verduras, en el medio de su canasta de papas. Tardarán menos en germinar. Así no tendrás que comer gratinado tras gratinado la próxima vez que compres una bolsa de un kg de deliciosas papas.
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