Los mejores consejos prácticos para cocinar en pareja este día de San Valentín

La cocina es uno de los mejores lugares para comunicarse y encontrarse con los demás. Especialmente, cuando se trata de tu pareja. ¿Apoco no siempre es más divertido hacer hasta una sopa de fideos entre dos? Compartir tablas para picar y lavar los platos juntos logran que hasta la comida sepa mejor.

En la actualidad ya existen cursos (que principalmente ofertan escuelas de gastronomía) para enseñar a las parejas a cocinar. Por obvias razones, los cupos en dichos talleres se acaban de volada.

Es por eso que hoy te traemos varias recomendaciones para que logres y que ambos creen platillos deliciosos, sin cortaduras en la manos ni discusiones sobre si es o no ético comer carne.

Hablen de sus gustos

Qué mejor lugar que una cocina, para conocer a tu pareja. Hablar de sus gustos es siempre muy importante para que cualquier charla posterior, pero principalmente la comida que hagan el 14 de febrero.

Si tienen alergias o restricciones, es el momento de que lo sepan. Si no comulgan con el consumo de animales y sus derivados, también. En caso de que se trate del disgusto por cualquier alimento, por más simple que parezca, no lo pasen por alto. Ambos seguro se sentirán más cómodos, consumiendo cosas que sí les gusten y les hagan bien.

No se ciñan a las recetas

Las recetas son importantes, claro está. Pero cuando se trata de pasarla bien en la cocina, lo más saludable es darle rienda suelta a la creatividad. Encima, debes saber que guisar ayudar a mejorar tu concentración y tu memoria.

Sólo pónganse serios a la hora de picar con cuchillos muy filosos, cuidar el tiempo de hervido o fritura de un ingredientes, o de no mezclar insumos que puedan cortarse o dar mal aspecto. En lo que respecta a todo lo demás, no se limiten.

La “canasta sorpresa”

Quizá no la conozcas con ese nombre pero, si eres fan de los realitys de comida en la TV o en Netflix, estás relacionado con la modalidad de darle a los cocineros una canasta llena de insumos en bruto, para que ellos las transformen en platos deliciosos.

¿Por qué no intentarlo? Pueden rifarse varios ingredientes y retarse a acabar en determinado tiempo recetas completas. Así volverán mucho más dinámica la ocasión y verdaderamente pondrán a prueba sus capacidades.

Apelen a sus recuerdos

Cocinar implica evocar sentimientos y emociones. Si ya se conocen al menos un poco, tendrán varias experiencias de momentos en que hayan comido delicioso y pasado un rato muy especial.

Podrían recrear, solo con lo que recuerden, algún platillo que les parezca bueno y no hayan olvidado. En una de esas lo mejoran y hasta les sirve para anexar nuevas recetas a su arsenal diario.

Divídanse las tareas, dependiendo de sus capacidades

Si tú eres mejor pelando verduras y él friendo carnes, también es una buena opción dividirse las tareas. De esta forma acabarán seguramente más rápido y disfrutarán lo que hagan.

Otra modalidad aplicable sería la de explorar qué tan competente eres en otras labores que no has ejercido mucho. También es buena. Solo recuerda que la cocina puede ser un poco peligrosa si no nos la tomamos muy en serio.

Procuren que todo sea sano y no tan pesado

Entendemos que la emoción del momento los lleve a intentar un pato oriental laqueado o unas carnitas michoacanas pasadas dos veces por el cazo, pero para fines prácticos, siempre será una gran cosa preparar algo que no se lleva muchísimo tiempo, de lo que puedan comer y seguir probando otros platillos y que de preferencia no les provoquen acidez estomacal o indigestión.

Ante todo, recuerda que tienen que disfrutar lo que armen en conjunto.

Ten la iniciativa de hablarle a tu pareja de lo importante que es la cocina de ingredientes

Parece mentira, pero las pequeñas acciones que hagamos en pro de dar a conocer las ventajas de comer saludable y con ingredientes cuidados, teniendo en cuenta al medio ambiente, cuentan siempre.

Si utilizas vegetales orgánicos, explícales de dónde vienen, cómo los cultivan y cuánto tardan en crecer para tenerlos disponibles en tu refri. Haz lo mismo con las carnes, los huevos, pescados o mariscos.

Gracias a este tipo de consciencia es que todos podemos disfrutar y valorar mucho más lo que nos llevamos a la boca.

Fuentes: El País | People en Español