Uno de los errores más comunes que cometemos a la hora de preparar los embutidos es cortar más de lo que nos vamos a comer. Aunque lo más cómodo es preparar platos completos y no tener que volver a ponernos a cortar más, lo ideal es quedarnos cortos y después sacar unas rebanadas extras antes de tener luego que conservarlas.
Estos productos vienen cubiertos por su propio envoltorio que lo protege del aire, el archienemigo de este y tantos alimentos. Si los conservamos en lugares frescos y secos, preferiblemente alejados de la luz, como puede ser la nevera para los productos cocidos especialmente, durarán mucho tiempo sin que se vean afectados.
Es importante destacar que, aunque estos consejos aplican para la mayor parte de embutidos y para quesos maduros, los tips aplican al 100 % para embutidos que llevan algún proceso de maduración como jamón serrano y lomo ahumado.
Tarde... ya los he cortado y tengo que guardar lo que me ha sobrado
Se recomienda que los embutidos se coloquen en la parte menos fría de la nevera para evitar que entren en contacto con excesivo frío. En estos casos, solemos guardarnos en un plato cubierto con papel transparente o en táper, que es una opción, pero no la mejor.
Cuanto menos aire tenga contacto con los embutidos y el queso, mejor. Un papel transparente frenará ese contacto, pero dejará entrar parte del mismo, especialmente si lo quitamos y ponemos una y otra vez para coger un trozo por la mañana, otro por la tarde y otro por la noche.
Un táper hermético es una alternativa interesante, pero utiliza uno para cada producto. Al mezclar distintos embutidos o quesos se combinan también los aromas, por lo que pierden cada uno de ellos su esencia.
Envasados al vacío: la opción ganadora para guardar embutidos y queso cortado
Los amantes de la cocina tienen entre sus "tesoros" una máquina de envasar al vacío que no hace más que sacar el aire de la bolsa que solemos utilizar para guardar los alimentos. Al envasar al vacío estamos eliminando toda opción del contacto con el aire, así que podemos utilizarlo si los embutidos van a estar varios días guardados.
De esta manera, los embutidos se conservan intactos, y si además le añadimos congelación, los tendremos conservados durante varios meses. Esta alternativa de envasado al vacío y congelador no es necesaria si los vamos a consumir en pocos días, pero en los casos que compremos productos ya cortados para mucho tiempo, será lo ideal.
Si los vamos a comer en unos días, no más de cinco, los podemos envasar al vacío y meterlos en el compartimento bajo del refrigerador a una temperatura de en torno a cuatro o cinco grados. Recuerda que lo ideal es no mezclar diferentes embutidos ni quesos dentro de la misma bolsa de envasado para conservar su verdadero aroma.
Artículo origina de Vitonica.
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