No podemos negarlo: una de las razones por las que nos encanta Instagram porque podemos compartir los mejores ángulos de nuestra comida, así como ver la de los demás. Es catártico y, lo más importante, nos permite comunicar conceptos gastronómicos que quizá no tendrían mucha salida en otra red social.
Ahora bien, la estética es importante. Para fines de Instagram, y de la fotografía profesional en general, de nada sirve que tu comida sea un verdadero festín, si no sabes transmitirlo en una foto.
Hoy te compartimos algunas recomendaciones para que tomes mejores fotos y logres convertirte en el igger culinario con el que has soñado ser.
Cuida los detalles de tu composición
Aunque no seas experto, debes cuidar que tu foto se vea lo más pulcra posible. Claro, hay estilos que permiten que una mesa enharinada aleatoriamente, o un sándwich con una buena mordida hincada, sean los reyes de la semana en una cuenta de Instagram.
Pero lo que es casi regla es evitar cubiertos sucios, platos con servilletas usadas, cigarros o vasos con el fondo sucio. Hay que elevar nuestras fotos con elegancia.
La luz, básica
Es una de las variables más importantes al tomar fotos. Si aprovechas la luz natural del día, mucho mejor. Evita a toda costa los flashazos, incluso la luz intensa de la lámpara de otro celular.
Nunca lo olvides: menos es más.
Hay que ser cuidadosos con los hashtags
Si saturas tus fotos con hashtags darás la impresión de que te mueres por likes. Y quizá sea el caso, pero lo mejor para tu imagen en redes sociales es no proyectar eso.
Con que uses unos cinco, de los 30 que te permite la plataforma, es suficiente. Recuerda que el objetivo de usar hashtags es siempre poder visibilizar tus fotos en los timeline de personas con intereses afines a los tuyos. Pero tampoco hay que abusar.
Los filtros, todo un tema
A ver, para eso existen: para ser usados. Pero al igual que con muchas cosas en esta vida, ponerle 70 filtros a unos huevitos no harán más que volver sobrada tu publicación. Además, por fortuna o desfortuna, los filtros siempre se notan. Toma eso en cuenta.
Lo mejor es que, en vez de filtrar indiscriminadamente, vayas a la opción de editar manualmente tus fotos. Así, aunque les cambies varios parámetros, se verán mucho más naturales.
Saber enfocar, una ciencia
Tener la sensibilidad de dar protagonismo sólo a una parte de la comida es todo un arte. Por fortuna, a falta de una cámara réflex, puedes hacerlo perfectamente con las herramientas de las cámaras digitales de tu teléfono.
Así, haciendo enfoques, puedes transmitir un mensaje muy claro sobre lo que es importante notar. Tus seguidores lo agradecerán y, además, le dará identidad a tu colección de fotos.
Corta un trocito
Sí, la imagen de una pizza majestuosa se agradece. Pero si tomas una palita y te sirves una rebanada, acercarás mucho más a tus seguidores a la experiencia que estás viviendo.
Además, puede ser muy benéfico en el caso de platillos que necesiten mostrarle al mundo su interior. ¿Te imaginas una toma de este tipo con una pizza Chicago, o con un quiché recién salido del horno?
Alterna entre zoom y planos a distancia
Capturar el detalle de un helado derritiéndose, o de la superficie de una flor de calabaza con rocío, siempre será un plus para tus fotos. Pero la toma de una mesa entera, servida con generosidad, también te se agradecerá siempre.
Siempre debes tener buen “ojo” para discernir cuando un post en Instagram merece una u otra modalidad.
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