Comer mariscos es muy común durante la temporada de Cuaresma, sin embargo, si no estás muy familiarizado con estos alimentos, debes poner atención a sus características para saber cómo identificar que las almejas y ostiones están en mal estado.
Identificar si estos productos del mar están en malas condiciones para ser comestibles es crucial para evitar problemas de salud asociados con el consumo de mariscos contaminados como algún tipo de intoxicación.
¿Cuáles son los tipos de intoxicación tras consumir mariscos en mal estado?
A continuación, te compartimos tres tipos de intoxicación por mariscos y sus síntomas, según Información de Salud de la Biblioteca Nacional de EE.UU., Medline Plus:
Intoxicación paralítica: Ocurre aproximadamente 30 minutos después de consumir mariscos contaminados, pueden aparecer sensaciones de entumecimiento o hormigueo en la boca, que pueden extenderse a los brazos y las piernas. Se pueden experimentar mareos intensos, dolor de cabeza y, en algunos casos, una parálisis temporal de extremidades. Algunas personas también pueden experimentar náuseas, vómitos y diarrea, aunque estos síntomas son menos comunes.
Intoxicación neurotóxica: Pon atención a los síntomas, ya que pueden ser cólicos abdominales, diarrea (intensa y acuosa) y náuseas y vómitos. Después de consumir almejas o mejillones contaminados, es posible experimentar náuseas, vómitos y diarrea. Estos síntomas son seguidos poco después por sensaciones extrañas como entumecimiento u hormigueo en la boca, dolor de cabeza, mareos y una alteración en la percepción de las temperaturas calientes y frías.
Intoxicación amnésica: Esta es una forma poco común de intoxicación que comienza con náuseas, vómitos y diarrea. Estos síntomas son seguidos por una pérdida de memoria temporal y otros síntomas menos frecuentes del sistema nervioso.
Cómo identificar que las almejas y ostiones están en mal estado
Algunas de las características que puedes tomar en cuenta al momento de comprar almejas y ostiones frescas son las siguientes:
Olor desagradable: Las almejas y los ostiones frescos no deben oler mal. Si tienen un olor fuerte y desagradable, similar al amoníaco o a 2podrido", es probable que estén en mal estado y no deben consumirse.
Textura viscosa o pegajosa: Toca las almejas y los ostiones, ya que deberían tener una textura firme y húmeda, aunque si sientes que están viscosos, pegajosos o demasiado blandos, es probable que estén en mal estado.
Conchas rotas o abiertas: Revisa bien las conchas y si notas que algunas están rotas o abiertas antes de cocinarlas, es mejor desecharlas. Las almejas y los ostiones frescos deben mantener sus conchas cerradas cuando están vivos; de lo contrario, si están abiertas antes de cocinarlas, es probable que estén muertas y en mal estado.
Cambios en el color: Si observas cambios en el color de la carne del marisco, como decoloración o manchas, es probable que estén en mal estado y no sean seguros para comer.
Reacción al calor: Si al cocinarlos observas que las almejas y ostiones tienen una reacción como espuma o sueltan burbujas en el agua, esto puede ser una señal de que están en mal estado y pueden liberar toxinas.
Otros aspectos que debes verificar, según Profeco
La Profeco a través de su cuenta de X, pide corroborar las siguientes características para adquirir pescados y mariscos frescos:
Adquiere mariscos en establecimientos que mantengan altos estándares de higiene y que dispongan de refrigeradores y congeladores adecuados para preservar su frescura.
Si detectas un olor desagradable, es probable que estén en estado de descomposición.
Si optas por mariscos congelados, evita descongelarlos a temperatura ambiente, ya que esto puede favorecer el crecimiento bacteriano.
Consumelos el mismo día de su compra para garantizar su frescura y evitar la contaminación por vísceras.
Prefiere las especies de temporada, ya que suelen ser más frescas y tener un precio más accesible.
Evita consumir productos crudos como ceviches o cocteles, ya que estos no son cocidos con jugo de limón y pueden contener bacterias.
Al seleccionar pescados, asegúrate de que el músculo esté firme al tacto. Presiona ligeramente; la piel y el músculo deben volver a su estado original.
Verifica que el pescado esté fresco observando sus ojos y piel, que deben ser brillantes, las escamas deben estar bien adheridas y no debe tener mal olor.
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