Apreciado por los comensales más exigentes, el tuétano ha ganado popularidad durante los últimos años en México, pues es un ingrediente imprescindible en recetas tradicionales y en la Alta Cocina. Conoce 3 razones para comer tuétano y varias formas de prepararlas en casa.
¿Qué es el tuétano y cómo se consume?
Según información del Diccionario gastronómico Larousse Gastronomique, se trata de un “tejido graso contenido en la cavidad de los huesos largos de los animales de carnicería (res y ternera)”. Es gelatinoso y de aspecto transparente, pero una vez cocido es color marrón. También se puede conseguir en el corte llamado ‘ossobuco’, donde por lo regular se encuentra enmedio.
El tuétano se cocina en un caldo aromático o al horno en menos de 20 minutos. Es necesario sazonarlo antes de cocinarlo, y para evitar que se despegue del hueso, es recomendable envolver este último con papel de aluminio.
El tuétano desempeña un papel crucial en la elaboración de salsas, especialmente en la bordelésa. También se puede disfrutar extendido sobre una tostada o como parte de un canapé.
En México, el consumo del tuétano es diferente, ya que solemos saborearlo en esquites, caldos, pucheros y directamente sobre sopes y tacos.
“En Chiapas se acostumbra comerlo untado en la cecina. En Coahuila y Nuevo León también es muy apreciado: con él se preparan tacos y gorditas”, indica Larousse Cocina.
3 razones para comer tuétano y disfrutar de sus propiedades
Desde tiempos antiguos, el tuétano ha sido parte de la alimentación y es que existe evidencia de que distintos homínidos lo han consumido y así aprovechar sus nutrientes para sobrevivir.
“Los hombres prehistóricos, tanto en su rol de cazadores como aprovechando la carroña de otros depredadores -gracias a la inteligencia y el uso de herramientas- podían acceder al interior de huesos, a diferencia de la mayoría de especies carnívoras”, señala la World Gastronomy Institute COMEFOOD Magazine.
La médula ósea o tuétano no solo nos deleita con su exquisito sabor, sino que también brinda diversos beneficios para la salud. Conoce 3 razones para comer tuétano:
Brinda grasas saludables y energía: Una porción de 100 g de médula ósea contiene hasta 84,4 g de grasas lipídicas, proporcionando 786 kcal de energía. Asimismo, constituye una excelente fuente de proteínas, con 6,7 g por cada 100 g de médula ósea, señalan dato del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
Ayuda a reducir el riesgo en ciertas enfermedades: Un estudio dirigido por la Universidad de Michigan muestra que el tejido graso de la médula ósea es una fuente importante de la hormona adiponectina, que ayuda a mantener la sensibilidad a la insulina, descomponer la grasa y se ha relacionado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad.
Mantiene la salud de la piel, los huesos y las articulaciones: La médula ósea está llena de colágeno, lo que mejora la salud y la fuerza de los huesos y la piel. También es rica en glucosamina, un compuesto que ayuda contra la artrosis, alivia el dolor articular y reduce la inflamación en las articulaciones, se señala en WebMD, un importante sitio web de información sanitaria en EE.UU.
¿Cómo se pueden preparar los tuétanos?
Existen numerosas maneras de incorporar tuétanos a tu dieta, y es muy importante obtenerla de un carnicero que te la brinde de alta calidad. Opta por huesos limpios, de tono rosa pálido, provenientes de animales que hayan vivido de manera orgánica.
Aunque los tuétanos se pueden obtener de prácticamente cualquier animal, la variante de res es la más popular y más accesible. Al comunicarle a tu carnicero tu interés en cocinar con tuétanos o médula ósea, es probable que te brinde recomendaciones, pero de lo contrario, puedes buscar huesos de jarrete, nuca, nudillo o rabo.
Te sugerimos consumir los tuétanos de las siguientes maneras:
Caldos y Sopas: La forma tradicional de emplear los tuétanos es en caldo o sopa. La consistencia o la riqueza que desees en el líquido determinará la cantidad del tuétanos que debas agregar. Para extraerlos, cocina los huesos a fuego lento durante 36 a 48 horas.
Salteados: Puedes utilizar los tuétanos como harías con cualquier otro tipo de aceite. Caliéntalos en una sartén y deja que se derrita. Extráelo con una cuchara y añádela a una sartén caliente con un poco de aceite de oliva o de canola.
Salsas: Una excelente forma de aprovechar los tuétanos es incorporándolos a las salsas, especialmente para platos de carne o bien, puedes agregarlo a unos suculentos esquites.
Untado: Los tuétanos se disfrutan como si fuera mantequilla: úntalos sobre una galleta salada o una tostada de pan.
Además, tienes la opción de adquirir los tuétanos que ya haya sido extraídos del hueso, ya es posible encontrar varios productos líquidos, en polvo y en cápsulas (pastillas), que facilitan la incorporación de la médula ósea a tus comidas.
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