Los búlgaros son una maravilla. No solo porque son buenos para tu flora intestinal, sino porque resultan fáciles de cuidar y mantener sanos. También son una gran fuente natural para mantener en buenas condiciones tu sistema inmune.
Se trata de un conjunto de levaduras y bacterias que se aglutinan en gránulos semejantes a coliflores diminutas y de textura cremosa. A su vez éstos, cuando se mantiene en condiciones de suministro de leche constante, producen kéfir: un líquido similar al yogurt, de sabor más fuerte y compuesto por ácido láctico, dióxido de carbono y alcohol en pequeña cantidad.
A continuación te daremos unos consejos súper prácticos para tener búlgaros en casa y mantenerlos en buen estado:
De entrada debes saber que puedes hacerlos en casa o comprarlos en el súper. En el primer caso, lo único que debes hacer es servir un vaso a tres cuartos con leche, taparlo con una gasa fina y dejarlo reposar al aire libre (y con buena iluminación) por tres días. Lo que cueles de la leche serán tus búlgaros.
Una vez que los tengas listos, debes mantenerlos copados de leche hasta cubrirlos. Todos los días puedes conseguir búlgaros y kéfir nuevo. Intenta colarlo cada mañana.
Siempre guárdalos en un recipiente de cristal: perfectamente limpio, alto y con tapa. Debes abrir la tapa dos veces al día para expulsar el CO2 producido.
Entre más caliente sea el entorno en el que se encuentren estas bacterias, más rápido conseguirás kéfir. Y entre más días lo tengas en el recipiente de vidrio, más ácido será.
Te recomendamos que lo bebas solo. Si gustas, ligeramente azucarado. No obstante, mucha gente lo licúa con frutas y también es una delicia.
Cada día tendrás más búlgaros. ¿Por qué no los compartes con alguien más? Así podrás llevar sus beneficios a más personas que puedes disfrutar de ellos y dejar (posiblemente) hasta de comprar yogurt del súper. Todos ganan.
Entre más búlgaros añadas a la leche, más rápido fermentará.
- Si vas a estar fuera de casa durante varios días y no puedes agregar leche fresca a la jarra, puedes guardar la jarra en el refrigerador. Esto disminuirá el crecimiento de microorganismos. Solo es necesario agregar leche una vez a la semana.
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- Sí puedes congelarlos. Lo único que debes hacer es meterlos escurridos y sin leche a la nevera y dejarlos ahí, siempre y cuando sea menos de un año. En ese tiempo podrás volver a ellos, descongelarlos y agregarles agua para reactivarlos. No habrán perdido sus propiedades, solo dormido una pequeña siesta.
Fuentes: Búlgaros MX | Mundo Kéfir
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