Los logros para la gastronomía nayarita siguen llegando. Y con toda la razón del mundo. Este martes 15 de octubre el Congreso local aprobó el Decreto de Ley mediante el que la tradición culinaria del estado ha sido elevada a Patrimonio Cultural Intangible de los nayaritas, convirtiéndose en la quinta entidad mexicana que recibe este reconocimiento.
Esto se explica debido a la riqueza que en tantos sentidos ofrece el estado. Lo mismo tiene grandes extensiones de campo donde se cultivan maíces criollos milenarios, que un litoral de donde salen unas de las mejores especies comestibles de mariscos y peces en el Pacífico del país.
El aporte de las costumbres de las dos etnias más importantes que se encuentran en su territorio, los coras y huicholes, ha definido desde tiempos inmemoriales muchas técnicas y conocimientos sobre usos de ingredientes endémicos, aplicados a recetas que vienen de familia.
Al mismo tiempo, una ola de cocineras tradicionales, chefs de escuela contemporánea y bartenders que cada vez son más visibles a nivel nacional, conforman una era de sincretismo que hace aún más complejo y grande lo que sale de las cocinas nayaritas de cualquier nivel.
Solo para que no lo olvides, algunos de los representantes culinarios de este estado son el tlaxtihuil, que consiste en un caldo de camarón con masa de maíz; el tejuino, una bebida fermentada de maíz con piloncillo (que también es usual en Jalisco); el pescado zarandeado, platillo insignia de la región costera, y su famoso destilado llamado raicilla, que proviene de un agave llamado lechuguilla.
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