Cuidar nuestra salud debería cada vez más ir de la mano a también proteger nuestro planeta de al contaminación. Especialmente, ahora que una investigación publicada en el Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos encontró que ambos aspectos están directamente relacionados.
De acuerdo con el informe Impactos ambientales y de salud múltiples de los alimentos, existe un patrón casi exacto que relaciona los alimentos que nos hacen bien, con un menor impacto ambiental. Y, tristemente, también viceversa.
Los científicos a cargo del hallazgo evaluaron 15 alimentos comunes en dietas occidentales y encontraron que las verduras, frijoles y granos integrales eran los mejores para evitar enfermedades y al mismo tiempo cuidar el agua. A su vez, comer más carne roja y procesada es una práctica que desmejora la salud y aumenta el daño al ecosistema.
Como todo en este siglo, tampoco es un resultado completamente exacto y definitivo. Es muy aproximado, pero hay algunas nociones que se salen de la regla. Por ejemplo: un pescado es más saludable que un rib eye de ternera, pero su huella ecológica es bastante similar. A su vez, los refrescos son dañinos para la salud, pero no resultan tan onerosos al planeta.
¿Cómo mejorar nuestros hábitos de alimentación?
Luego de esta evidencia, no queda más que tomar cartas en el asunto. De acuerdo con la FAO, para tener una dieta sana y equilibrada es muy importante tomar en cuenta otros factores, más allá de la nutrición. Por ejemplo: la disponibilidad y el coste de los alimentos, el sabor y la apariencia, los gustos y aversiones personales, y las prácticas y tradiciones culturales.
A pesar de estas variantes, la organización de la ONU que se especializa en salud alimentaria en el mundo recomienda:
Comer carbohidratos con almidón como base de la mayoría de las comidas.
Comer frutas y verduras tanto como sea posible todos los días.
Comer legumbres con regularidad.
Consumir leche y productos lácteos regularmente en pequeñas cantidades.
Elegir cuidadosamente el tipo de grasas y aceites en la dieta y usarlos en cantidad limitada.
Limitar el consumo de azúcar y de alimentos y bebidas azucaradas.
Limitar el consumo de sal.
Limitar el consumo de alcohol.
Mantener el equilibrio energético para lograr un peso corporal saludable.
Beber mucha agua a diario.
Como ya sabes, eso ayudará a que tu cuerpo se mantenga en óptimas condiciones y, por consiguiente, que también ello reditúe en la salud del medio ambiente.
Fuentes: FAO | PNAS | The Guardian
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