En todo el mundo hay un grave problema de obesidad infantil que simplemente está subvalorado. En México, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 30% de ellos la padece.
No obstante, muchos padres “no se dan cuenta” o simplemente no aceptan que sus hijos viven con ella y eso es un grave problema. Hay algunas prácticas que pueden ayudar a que los niños tengan una cultura del “peso correcto” sana y que nunca los traume. A continuación te contamos algunas.
¿Cómo empezar a acostumbrarlos a esos hábitos?
De acuerdo con Peymané Adab, profesora de epidemiología de enfermedades crónicas y salud pública en la Universidad de Birmingham, hay que ser cuidadosos en la forma de cómo se le empiezan a enseñar estas nociones a los pequeños, ya que a corta edad de la vida hay conceptos que se quedan muy grabados en sus mentes y es difícil modificarlos con el tiempo.
Lo que debe hacerse es siempre hablarles de los beneficios de la comida sana y los males que pueden provocar en su cuerpo un exceso de papitas, chocolates y bebidas ultraazucaradas.
Intenta esmerarte mucho en darles verduras frescas con sabores que les gusten, así como cuidar que las presentaciones de los platillos sean llamativas. Eso después ya no será tan necesario, pero mientras tanto sí es bueno para el inicio. Haz que se aficionen por uno o varios producto naturales que siempre haya en tu casa.
También toma en cuenta que muchos niños imitan todo lo que ven de sus padres, así que trata de comer lo más correctamente que puedas, pensando que ellos harán lo mismo. Ahora bien, cuando algo no les guste, tienes que respetarlos siempre y cuando no se trate de caprichos que generalicen a todo lo saludable. Deben entender que en casa se come “lo que hay”.
Adviérteles que en la escuela, o cuando salgan a jugar con sus amigos, o hasta cuando vayan de visita a casa de alguien cercano, siempre encontrarán tentaciones. Y que muy de vez en cuando pueden concederse el antojo, pero que sin duda no puede ser lo más común que hagan. Enséñales que su cuerpo es algo que deben amar por sobre todas las cosas y, como tal, deben cuidarlo de la misma manera.
Recuerda que cambiar los hábitos de alimentación de tus hijos, o simplemente enseñarles lo que sí y no está bien hacer, también implica un cambio de estilo de vida de toda tu familia. Una vez que todos dentro de ella estén conscientes de lo que implica, podrán hacerlo mejor en beneficio de todos.
Fuentes:
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