¿Puedes imaginar un noodle tan largo que sin romperse cubra la misma altura de cuatro Ángeles de la Independencia? Por loco que parezca, eso acaba de ser una realidad ante los ojos de los Récord Guinness, de mano de un chef japonés llamado Hiroshi Kuroda.
El hombre logró amasar, alargar y cocinar un fideo hecho con huevos y harina, ¡de 183.71 metros! Y todo, hecho únicamente con sus manos. Una de las peripecias que más le costó en semejante empresa fue la de lograr que su noodle fuera más delgado en ciertas partes y, por consiguiente, que eso hiciera que se rompiera. Pero sorteó el riesgo cocinando por secciones la masa hasta por una hora. Sólo así pudieron estirarlo para medir toda su longitud.
Kuroda ha sido desde siempre amante de mensurar comida. Es un chef al que le obsesionan los gramajes, las porciones exactas, la capacidad sin límites de la gastronomía de ser una unidad de contabilización en sí misma.
Por lo mismo, éste no es el primer Récord Guinness del japonés. Antes del noodle más largo del mundo también logró el premio mayor por el mayor número de porciones de fideos preparadas en tres minutos (nueve, para ser exactos); los fideos chinos más finos hechos a mano (de tan solo 22 milímetros), así como la mayor cantidad de tramos de fideos hechos en un minuto (65 mil 536).
Como dato cultural —que alguna vez puede servirte en una charla aburrida y destinada al fracaso—, en el mismo libro de los Récord Guinness está asentado que el bowl de noodles más antiguo del que se tenga conocimiento es uno que se encontró en la zona arqueológica de Lajia, al noroeste de China. El cuenco se encontró enterrado a tres metros de la superficie y tenía más de cuatro mil años de antigüedad.
¡Vaya que estos deliciosos fideos son más viejos que nosotros!
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