El mundo entero tiene los ojos puestos en el minuto a minuto de lo que ocurre con el Coronavirus. La enfermedad, originada en China, ha cobrado la vida de al menos 4 mil 923 personas en el mundo y contabiliza actualmente más de 131 mil 460 casos de contagio, en 116 países o territorios.
Las compras de pánico son una realidad. La preocupación por abastecerse, no solo de cubrebocas, geles antibacteriales y vitaminas, sino de alimentos para sobrevivir a una posible cuarentena generalizada, es prioridad para millones de personas.
Ahora bien. ¿Qué tan probable es que la crisis pandémica afecte, antes que a los supermercados, a la agricultura y a la disponibilidad de comida?
Según los especialistas, bastante probable.
Un caso de ultramar
En Inglaterra están poniéndole mucha atención al tema. Por ejemplo, Nick Deane, quien es presidente de la sucursal de Norfolk de la Unión Nacional de Granjeros (NFU), asegura que uno de los puntos más importantes a considerar es el de que, para cosechar, se necesita algo básico: mano de obra.
En el caso de que la pandemia creciera en alcance, es de sentido común pensar que los agricultores estén o en cuarentena por contagio, o en cuarentena preventiva. Cabe señalar: la comida no transmite por sí misma esta enfermedad.
Si se trata de países productores y exportadores, pasaría una paradoja: tendrían la tierra bajo sus pies llena de productos para comer, pero estarían ausentes las manos que pudieran sacarlos para moverlos en el mercado.
Otra cosa notable es que, en un enorme número de países, quienes se dedican a estas actividades del sector primario son migrantes. Si hablamos, como ya lo hacemos en la actualidad, del cierre de fronteras de algunas naciones, eso complicaría mucho más todo.
El caso de México
Por supuesto, nosotros no seríamos la excepción a la regla. Más aún, aquí pasaría algo muy irónico. En cuanto a frutas y verduras, México es un país mayoritariamente exportador, no importador.
De acuerdo con el Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), algunos de los productos cultivados que más salen de nuestro territorio hacia otros países, son el aguacate, las berries chiles y pimientos, fresas, nueces y cebollas.
Es decir, que si el Coronavirus se recrudece, estaríamos cortando el flujo de dicho productos a los países socios económicos de México, como Estados Unidos, Canadá, China, Alemania y Japón.
Pero visto en la dirección opuesta, nos quedaríamos sin las importaciones de maíz, leche y carne que mantienen nuestra dieta básica balanceada. Imagínate: el maíz es el grano base de nuestra gastronomía. Eso se pondría muy duro para todos.
Una enseñanza básica
Aunque el futuro de la pandemia que asola el planeta en este momento es incierto y, por lo tanto, no estamos más que preparados solo para reaccionar, no prevenir a estas alturas, debemos dejar en claro que al menos este tipo de reflexiones nos llevan a coincidir en un punto: tenemos que pensar más en la seguridad alimentaria del mundo.
Y no solo eso. El debate va más allá. Tenemos que replantearnos la suficiencia alimentaria con la que contamos, así como revalorar a la migración como un proceso global que, lejos de disgregar, debería unirnos por causas en común.
Fuentes: Eastern Daily Press | Banco Base | SIAP | Instituto Mexicanos de Contadores Públicos
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