Hablemos de un tema que a todos debería ocuparnos mucho, mucho más. El hambre y la inseguridad alimentaria en el mundo es uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos en la actualidad. Claro, nuestro país es parte de la estadística.
De acuerdo con datos de The Hungry Project México, una organización sin fines de lucro que busca abonar para erradicar la falta de alimentos en nuestro país, actualmente hay un 23.3% (27 millones) de la población que vive en pobreza alimentaria; de ellos, el 12.5% sufre desnutrición crónica.
Al mismo tiempo, el desperdicio de comida es también de dimensiones impresionantes. Cifras oficiales de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) indican que en el territorio nacional se tira a la basura el 37% de los alimentos producidos en un día, lo cual equivale a 10 millones 431 mil toneladas al año. Basta.
Si eres una persona consciente de que esto no puede seguir pasando, te damos cinco consejos para que aportes (así sea mediante una acción pequeña) a que la gente que no tiene qué comer pueda acceder a un plato. Acá te las contamos.
1. Haz comida y regálala, así de simple
¿Recuerdas cuando recién pasó el terremoto del 19S del 2017, y todos nos volcamos a ayudar a recoger escombros, cocinar, entregar lunchs y demás? Bueno, algo similar, pero sin desgracia de por medio. Nada se te quita (de verdad) con en la semana cocinar un numero determinado de comidas que puedas regalarle a personas que tengas identificadas en tu colonia, o en una aledaña, que la necesiten. Vas a darles una gran felicidad, al tiempo que los provees de un plato calientito que les sepa a abrazos, y te sentirás muy bien poniendo un granito de arena. Inténtalo y verás.
2. Dona a programas que apoyen el combate al desperdicio alimentario
Una gran sugerencia: el proyecto de la Tableé des Chefs, que no es más que una sociedad a modo de red mundial, iniciada por franceses y canadienses, que busca rescatar comida a punto de desperdiciarse de restaurantes, cadenas de hoteles y hasta minoristas.
Ellos funcionan a forma de voluntarios: contactan a las empresas, acuerdan un determinado numero de kilos de comida que pueden pasar a recoger a sus instalaciones (y que esté en buen estado) y luego la reparten a personas que ya saben que la necesitan.
3. Apoya lugares donde sepas que contratan a madres solteras o en situación de calle
¿Conoces un lugar en el centro de la CDMX que se llama La Mera Obrera? Ahí el 98% del personal está compuesto por mujeres. Y no sólo eso, sino que se trata de chicas que estuvieron desempleadas mucho tiempo, o que son migrantes de otros países y se la pasaron muy mal antes de conseguir un sitio fijo donde laborar, o simplemente madres solteras que no encontraban sitio donde acomodarse para cocinar y ganar dinero y sacar adelante a sus familias.
Por mínimo y conveniente que parezca, cada que consumes en esos sitios ayudas a que la microeconomía del establecimiento sea más estable y muy posiblemente en el futuro puedan sumar a más personas a su equipo debido a eso.
4. Dona a bancos de alimentos
Este debería ser un hábito que todos ejercieran por lo menos un par de veces al mes. No tienes idea de lo útil que son las donaciones que las personas hacen a la red de Bancos de Alimentos del gobierno federal, o incluso a los pequeños que se abren de forma independiente.
Esto tampoco tiene que ser tan oneroso para tu alacena: basta con que revises qué ya no usarás y está en perfectas condiciones de que alguien cocine con ello, y lo lleves a la sede que mejor te quede. Una muy importante y de amplio espectro de postdistribución está dentro del Mercado de Abastos.
5. Utiliza apps para intercambiar alimentos
Regresa al trueque para adquirir cosas que necesitas y deshacerte de lo que no crees usar, al menos en el corto plazo. Una forma en que puedes lograrlo es usando apps de intercambio como Olio, que consiste en una plataforma en donde se ofertan y demandan productos truequeados.
Ya hemos usado esta aplicación y nos sorprendimos de la cantidad de cosas que la gente pone como “disponible para donación”. Además, una gran ventaja es que te muestra sólo a quienes están más cerca de ti. Una vez establecida la operación, lo que tienes que hacer llegar a la puerta de la casa de quien te oferta el artículo, hacerte de él, dar las gracias, charlar un poco y quitarle lo completamente virtual al procedimiento. En serio: es ganar-ganar.
Ahora que sabes qué alternativas puedes aplicar, simplemente anímate. Los pequeños cambios hacen las grandes diferencias.
Fuentes: The Hungry Project México | SBS
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