Restaurante Tamayo: un refugio orgánico en honor a México, dentro del Bosque de Chapultepec

Foto cortesía de @historiasdeunamesa.

El restaurante Tamayo es un recinto verde dentro del bosque más icónico de la Ciudad de México: el de Chapultepec. El lugar, que es parte del concepto el museo de arte contemporáneo del mismo nombre, es un catálogo gastronómico mexicano con propuestas actuales que no olvidan sus raíces.

Tamayo empezó como una cafetería en 2012. No obstante, en 2014 sus creadores dieron el paso a algo más grande y lo convirtieron en un restaurante a cargo del chef Naguib Kuri. El sitio siempre ha tenido la misma consigna: lograr que los platos y bebidas estén en la misma sintonía del museo, apostándole al uso de insumos naturales y sustentables que recreen los platillos típicos de varias partes de la república. Cabe señalar que hay un énfasis especial en la cocina oaxaqueña, debido a que Rufino Tamayo —en honor a quien está erigido el museo y restaurante— era de allá.

La carta de comida tiene opciones que permiten explorar varios infaltables en la tradición culinaria mexicana, desde varios flancos: ya sea comiendo cortes de carne, o con preparaciones que incluyen pollo, pescados, mariscos y un amplio espectro de vegetales orgánicos e ingredientes traídos de sus lugares de origen.

Naguib Kuri siempre ha tenido muy patente la idea de apoyar a los pequeños productores que venden productos de alta calidad. Por eso los quesos que usa para cocinar vienen de San Miguel de Allende, Guanajuato y Jiutepec, Morelos. Por eso sus tortillas son exclusivamente del colectivo Cintli, que sólo las elabora con maíces criollos de otros estados de la república. Por eso su pan es de la panadería Rosetta. Por eso sus chapulines y chiles son de Oaxaca.

Todo ello hace eco en el sabor de sus opciones del menú, que cambia cada seis meses. Entre las estrellas de la casa figuran los sopes de plátano con crema y frijoles, las tortitas de huauzontle, el aguachile, la crema de calabaza y sus tacos.

Foto cortesía de @historiasdeunamesa.

De éstos últimos destacan el 1910, que es de arrachera, el Miñi con carnitas de cerdo y los de salmón. También hay opciones vegetarianas y veganas como guacamoles o ensaladas con quinoa y crema de espinacas.

Foto cortesía de @historiasdeunamesa.

Para beber, hay muchas cervezas artesanales de otros estados, así como vinos mexicanos del centro y noroeste del país. También tienen coctelería con destilados mexicanos como mezcal y tequila. Las opciones sin alcohol también son abundantes: desde kombuchas, hasta tisanas, tés helados y cafés.

Las comidas en Tamayo son gloriosas, especialmente después de dar un recorrido por el museo. No obstante, sus desayunos son muy recomendables. Los de fin de semana además vienen aderezados con la tranquilidad que se vive en esa parte del bosque.

Tamayo es pet friendly, así que sin problemas puedes estar en la terraza con tu mascota, disfrutando de la vista verde y de los platos mexicanos reinterpretados que han conquistado los paladares de propios y extraños desde hace cinco años.

Cheque promedio: $300 pesos Dónde: Calzada Mahatma Gandhi 2, Polanco, Bosque de Chapultepec.

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