Cómo hacer para que los molletes queden esponjosos y muy ricos con estos consejos expertos

Para la merienda o el desayuno, la combinación de bolillo, frijoles y queso resulta deliciosa. Hoy te revelamos cómo hacer para que los molletes queden esponjosos y muy ricos con estos consejos expertos.

¿Qué son los molletes?

De acuerdo con Taste Atlas, los molletes “consisten en un panecillo bolillo partido por la mitad y cubierto con frijoles refritos, queso y salsa de tomate. Se puede encontrar en todo México en numerosas cafeterías, restaurantes y puestos de comida callejera”.

Este plato encuentra su origen en Andalucía, España, donde "molletes" se refiere a un pan rústico de forma oval que ha sido una parte esencial del desayuno durante numerosos años. No obstante, la versión española es notablemente más simple y se sirve con aceite de oliva, tomate y ajo.

Consejos para que los molletes queden perfectos y con un gran sabor

Utiliza un buen pan:

El pan es la base de los molletes, por lo que es importante elegir uno de buena calidad. Tradicionalmente, se utilizan bollos de "telera" o "birote" en México. Si no puedes conseguir estos tipos de pan, busca un pan blanco o una baguette fresca (para obtener la mejor textura y sabor) que sea tierna por dentro.

Fíjate en el relleno:

El relleno tradicional de los molletes consiste en frijoles refritos, queso y salsa. Asegúrate de que los frijoles estén bien sazonados y no tan calientes antes de extenderlos sobre el pan. Luego, agrega el queso, que puede ser queso rallado, queso fresco o queso Oaxaca, y gratina los molletes en el horno hasta que el queso se derrita y esté dorado. Este paso final aporta mucho sabor y textura a tus molletes. Recuerda que estas delicias van coronadas por una mezcla de vegetales conocida como "pico de gallo".

Calienta bien el pan antes de rellenarlo:

Para que los molletes tengan esa textura crujiente por fuera y esponjosa por dentro, es importante tostar el pan correctamente. Así que corta el pan por la mitad y tuéstalo en un horno precalentado o en una tostadora hasta que esté dorado y crujiente por fuera. Asegúrate de no tostarlo en exceso, ya que se busca que, en el interior, el pan quede tierno.

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