El chicoli o molinillo, es uno de los utensilios tradicionales de la cocina mexicana que está quedando en el olvido. Hecho en madera, de forma artesanal, se utiliza principalmente para la preparación de bebidas calientes, especialmente el chocolate, puesto que al batirlo con el molinillo, se crea la tan añorada espuma. No, no es lo mismo un chocolate hecho con molinillo, que uno batido en la licuadora.
Con ayuda del molinillo también se suele preparar el champurrado y los atoles. Para usarlo, hay que sostener su mango entre las manos y girarlo frotando una palma contra la otra. Otro uso interesante que se le da al chicoli, si este tiene el mango largo, es el de utilizarse para bajar la fruta de los árboles.
Una de sus características principales son sus anillos, que tienen algunas muescas y también movimiento, lo que hace el efecto de meterle oxígeno a la bebida, misma que genera la espuma caraterística. Son fabricados principalmente en Oaxaca, Puebla, Michoacán y Estado de México, a partir de un solo tronco de madera.
Los molinillos los encontramos en tres tamaños: el de olla, el de jarra, y el de taza, del más grande al más pequeño. Desde luego, al comprarlo, no solo debemos fijarnos en el tamaño, sino también en su belleza. Los molinillos más antiguos y los hechos artesanalmente, son más detallados y tienen una decoración mayor, contrariamente a los más nuevos.
Si te gusta conservar el sabor tradicional casero de nuestra cocina, apoyar a nuestros artesanos y probar un chocolate bien hecho, ve al mercado por tu molinillo, o si lo tienes en casa ¡úsalo! y enseña a los más pequeños, lo divertido que es usarlo.
Imágenes | Alejandro Linares | Y! Música En Directo al Paladar México | El metate y el metlapilli, moliendo los sabores de México
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