La Orientación Nutricional Teleológica es una teoría que explica que ciertos alimentos, que tienen un gran parecido con ciertos órganos, tienen un mayor efecto positivo sobre ellos y sobre sus funciones. La similitud puede ser en su forma, diseño o color. Aunque no encontré ningún estudio científico que avale esta teoría, se me hizo bastante curiosa y la verdad es que varias veces hemos escuchado sobre los beneficios de estos alimentos en los órganos a los que se parecen. Veamos algunos de ellos.
La sección transversal de una rebanada de zanahoria, se asemeja a un ojo humano, con todo y pupila, iris y sus líneas irradiantes. Las zanahorias son ricas en vitamina A, que se saben ayudan a tener una visión saludable. La retina del ojo necesita vitamina A, en forma de un metabolito específico, que ayuda al epitelio pigmentario retinal tanto en la visión nocturna como en la visión a color.
El jitomate se asocia con el corazón. Su similitud radica en que tiene cuatro cavidades y es de color rojo. El jitomate contiene licopeno, un antioxidante súper poderoso, que se ha asociado en la reducción de los niveles de colesterol, la presión arterial y del riesgo de enfermedades cardíacas. Además es una buena fuente de potasio, niacina, vitamina B6 y ácido fólico.
Las nueces de castilla parecen unos cerebros pequeños, hasta tienen una línea divisoria que parece dividir el hemisferio izquierdo del hemisferio derecho, así como el cerebro y el cerebelo. Y los pliegues de la nuez tienen una semejanza con la neo-corteza cerebral. Estas nueces son ricas en ácidos grasos omega-3, que están ligados con la salud del cerebro. Los nutrientes encontrados en las nueces de castilla, ayudan a desarrollar neurotransmisores necesarios para la función cerebral.
Los frijoles tienen una similitud impresionante con los riñones humanos, y obviamente contienen nutrientes que ayudan a la correcta función de estos órganos. Los frijoles contienen fibra, que además de ayudar a reducir los niveles de colesterol, se ha descubierto que también ayuda a reducir el riesgo de padecer una enfermedad en los riñones. Además los riñones son una fuente de proteína vegetal; a un riñón enfermo le cuesta trabajo separar las proteínas de la carne de los desechos, esto puede agotar a los riñones. Al consumir frijoles, consumimos proteínas que son fáciles de separar por estos órganos.
Un tallo de apio parece un hueso largo. Los apios son ricos en fibra, potasio y calcio. Si no consumimos suficiente calcio, el cuerpo toma las reservas de minerales de los huesos, lo que puede ocasionar problemas como osteoporosis.
Los aguacates, al igual que las berenjenas y las peras, tienen una similitud con el útero y el cuello uterino del cuerpo femenino. Algunos estudios dicen que las mujeres que consumen un aguacate a la semana, tienen un mejor equilibrio en sus hormonas. Un dato curioso, cultivar un aguacate tarda 9 meses.
Los camotes se asemejan al páncreas, y de hecho ayudan a regular el índice glicémico en las personas que presentan diabetes. Los camotes son ricos en carbohidratos complejos, fibra, beta-caroteno, vitamina C y B6. Se ha visto que los beta-carotenos ayudan a que el cuerpo se deshaga de radicales libres y en la prevención del cáncer de páncreas.
Y aunque tienen una mayor semejanza física con ciertos órganos, todos estos alimentos ayudan a otros sistemas y aparatos. Al final de cuentas, todo funciona en conjunto.
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